Socorro González Álvarez
Cuando tanto se habla de niños "robados" hace tiempo resulta que las madres de alquiler están proliferando en los países pobres, o sea, madres que gestan por encargo de parejas de países ricos, así cualquiera que pague puede encargar el bebé, ya sean parejas heterosexuales o del mismo sexo o mujeres solas, porque este negocio funciona sin regulación, ya que la madre de alquiler es una mujer que recurre a esto para obtener dinero con que criar a sus hijos, o sea, que también en este negocio se deslocaliza la producción hacia países de mano de obra barata.
Claro que también hay defensores de esta trata, ya que los clientes obtienen el niño y la pobre madre gana algo de dinero, y las clínicas hacen su buen negocio, incluso hay para todo, quien presenta este tráfico reproductivo como un ejercicio de autonomía de la mujer; aunque aquí pasa como con la prostitución, entre lo que paga el cliente y lo que obtiene la mujer, está la clínica, que se lleva la mayor parte.
Lo que es más llamativo en todo este mercado es lo poco que se tiene en cuenta al niño, que se puede encontrar con una madre que, por edad, puede ser su abuela o más, porque lo que importa son los deseos o apetencias del cliente, y así el hijo puede criarse en una familia monoparental o en una pareja del mismo sexo, o no saber nunca sus orígenes genéticos sin que se haya tenido en cuenta cuál sería la situación más favorable para su desarrollo.
En una época en que se habla tanto de derechos reproductivos no deja de sorprender que personas de países ricos, o cuando menos desarrollados, los ejerzan a través de mujeres pobres convertidas en úteros de alquiler.
http://www.farodevigo.es/cartas/2011/04/30/maternidad-alquiler/540243.html?utm_source=rss
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