A Laura —psicóloga, 30 años— se le podría llamar también la increíble mujer malabarista. Corre de casa a la guardería. De la guardería al trabajo. Del trabajo a la guardería. De la guardería a casa... Siempre con unos cuantos (muchos) pañuelos de papel en el bolso. Y con unas llaves que no abren ninguna puerta (conocida) y que, cuenta, son el juguete favorito de la pequeña Lucía. Hasta ahí, todo muy similar a otras miles, millones, de ‘mujeres malabaristas’. Sin embargo, lo que la diferencia de esa gran mayoría es que lo hace todo sola. Es, como ella misma se denomina, una “madre sola”. “No me gusta nada el término soltera, como si el no estar casada fuera el adjetivo determinante”, dice resuelta.
Laura forma parte de ese nada despreciable 5% de la población europea femenina que, según datos del Parlamento Europeo, afronta la maternidad en solitario. Mamás solteras (por elección o no), separadas, viudas… Un gran número –y creciendo-- de mujeres que deben lidiar, a veces con ayuda de sus familias y otras no, con el día a día de cuidar a sus hijos solas. De seguir estudiando. De encontrar un trabajo. De conservarlo. De lograr vivir con un único sueldo… Y todo ello sin apenas ayudas sociales. Luchando el doble o el triple que el resto por lo mismo.El Parlamento Europeo ha aprobado estos días un informe en el que pide a los países miembros que pongan en marcha políticas de apoyo a mujeres como Laura, para facilitar su acceso a la vivienda, la formación y el trabajo. El documento llama la atención sobre una realidad cada vez más común y deja claro que son necesarias políticas de apoyo. Un par de frases para comprenderlo: un único sueldo, un único adulto para tomar todas las decisiones, para afrontar sobre sus hombros toda la responsabilidad, para dedicar su tiempo al o a los hijos…
Las madres solas –y habla de madres porque casi el 90% de las familias monoparentales están compuestas por mujeres— están en situación de desigualdad. Y su realidad, especial porque son el único adulto de la familia, no se suele tener en cuenta. En la mayoría de los países, entre ellos España, ni siquiera son consideradas como familias con necesidades especiales; a pesar de que ciertamente lo son.
Mariluz Vázquez es un ejemplo de libro de esa realidad que necesita una respuesta específica. Esta enfermera de 40 años de Alcalá de Henares (Madrid) forma una familia monoparental con dos hijos. “Y súmale otra, además trabajo de noche”, cuenta por teléfono. Así, se las apaña gracias a su red familiar. Trabaja una noche sí y otra no, y cuando ella se va al hospital los pequeños Nicolás (cuatro años) y Leo (uno) se quedan a dormir con sus padres. “Hoy si no dispones de un entorno de familia o amigos que te echen un cable es complicado tener hijos sola”, dice.
Escuchándola queda claro, pero no deja de ser menos lamentable: la cobertura institucional, y no solo para situaciones como la suya, sino para la maternidad en general, es entre poca –en Cataluña, por ejemplo, han puesto en marcha un carné de familia monoparental, que conlleva ciertas ventajas-- e inexistente –en algunas regiones ser madre (o padre) soltera no da ni siquiera puntos en el baremo para lograr plaza en las guarderías públicas--.
Vázquez ya sabía a lo que se enfrentaba. Siempre tuvo claro que quería ser madre como muy tarde a los 35, con pareja o sin ella. Lo pensó, lo sopesó, se preparó para lo que se le venía encima. Y se inseminó. Es madre soltera por elección. Forma parte de ese colectivo de mujeres (cada vez más, como se lee en este reportaje de Carmen Pérez Lanzac) que se niega a supeditar su maternidad a su situación sentimental. “Somos Mujeres muy previsoras, muy organizadas y con unas maternidades muy conscientes”, dice. Vázquez forma parte, además, de la Asociación Madres Solteras por Elección (MSPE) , una red de encuentro, apoyo y conocimiento que ofrece desde intercambio de información sobre adopciones o reproducción asistida hasta testimonios sobre la lactancia. También organiza encuentros y viajes para las mamás solteras por elección. Como al que se va este puente Mariluz Vázquez con sus dos pequeños.
Con más de 40 o con menos de 15. La maternidad en solitario es, como reconoce el informe de la europarlamentaria del Parlamento Popular Europeo Barbara Matera, muy diversa. Como lo es también su abordaje en los 27 países miembros. Las cifras, además, no dejan lugar a dudas. Las familias monoparentales son cada vez más y necesitan apoyos. En algunos países de la UE como la República Checa, Polonia, Hungría y Eslovenia las madres solteras representan un 6% de la población femenina; en otros, como Estonia y Letonia, llegan incluso a un 9%, según las cifras de la Eurocámara. En España no hay demasiados datos sobre cuantas madres afrontan la maternidad en solitario. En 2009, el 34,5% de los niños nacieron fuera del matrimonio, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero este dato no desglosa cuántos de ellos pertenecen a familias monoparentales.
Así, el Parlamento Europeo propone una serie de medidas para terminar con lo que reconoce como una situación de desigualdad: desgravaciones y ayudas fiscales, becas especiales, prestaciones de desempleo extraordinarias en función de los hijos a su cargo. Y también ventajas e incentivos a las empresas que ofrezcan guarderías in situ e instalaciones de jardines de infancia que permitan a las madres solas trabajar. El documento pone de ejemplo Holanda, donde la asistencia a la infancia es gratuita para las madres solteras. También habla de guarderías con turnos flexibles y redes de contacto para que las familias monoparentales intercambien sus experiencias. Al estilo de MSPE y otras asociaciones.
Medidas positivas pero que algunas asociaciones ya han criticado por “buenistas” o “escasas”. La directora del Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), Virginija Langbakk, apunta otro punto interesante: "Se suele hablar de madres solteras, pero hay que pensar también en los padres que cuidan solos de sus hijos. Estos son muchas veces discriminados porque en algunos países no pueden acceder a las ayudas que están reservadas solo para las mujeres".
¿Recomendación, pues, mejorable? Tal vez. En cualquier caso es un paso adelante. Habrá que esperar para ver si los Gobiernos toman en cuenta el documento o lo almacenan como tantas otras recomendaciones europeas, que terminan por criar polvo en un cajón. Hacen falta más historias como las de Laura y Mariluz para comprender sus realidades. Para darse cuenta de que ¿reducción de jornada? ¿alternar los turnos con la pareja para cuidar a los hijos? ¿uno de los dos progenitores en paro? ¿mamá enferma? Si criar a un niño es complicado, hacerlo en solitario puede serlo más. ¿No es cierto? Mariluz Vázquez se ríe: “Sí, pero Las ganas de tener a tu hijo y criarlo te llevan a buscar todo tipo de recursos”. A ver si esos recursos dejan de ser solo la familia y la mano voluntarista de los amigos.
http://blogs.elpais.com/mujeres/2011/10/mam%C3%A1s-solas-o-cuando-se-es-el-%C3%BAnico-adulto-de-la-familia.html
Mariluz Vázquez es un ejemplo de libro de esa realidad que necesita una respuesta específica. Esta enfermera de 40 años de Alcalá de Henares (Madrid) forma una familia monoparental con dos hijos. “Y súmale otra, además trabajo de noche”, cuenta por teléfono. Así, se las apaña gracias a su red familiar. Trabaja una noche sí y otra no, y cuando ella se va al hospital los pequeños Nicolás (cuatro años) y Leo (uno) se quedan a dormir con sus padres. “Hoy si no dispones de un entorno de familia o amigos que te echen un cable es complicado tener hijos sola”, dice.
Escuchándola queda claro, pero no deja de ser menos lamentable: la cobertura institucional, y no solo para situaciones como la suya, sino para la maternidad en general, es entre poca –en Cataluña, por ejemplo, han puesto en marcha un carné de familia monoparental, que conlleva ciertas ventajas-- e inexistente –en algunas regiones ser madre (o padre) soltera no da ni siquiera puntos en el baremo para lograr plaza en las guarderías públicas--.
Vázquez ya sabía a lo que se enfrentaba. Siempre tuvo claro que quería ser madre como muy tarde a los 35, con pareja o sin ella. Lo pensó, lo sopesó, se preparó para lo que se le venía encima. Y se inseminó. Es madre soltera por elección. Forma parte de ese colectivo de mujeres (cada vez más, como se lee en este reportaje de Carmen Pérez Lanzac) que se niega a supeditar su maternidad a su situación sentimental. “Somos Mujeres muy previsoras, muy organizadas y con unas maternidades muy conscientes”, dice. Vázquez forma parte, además, de la Asociación Madres Solteras por Elección (MSPE) , una red de encuentro, apoyo y conocimiento que ofrece desde intercambio de información sobre adopciones o reproducción asistida hasta testimonios sobre la lactancia. También organiza encuentros y viajes para las mamás solteras por elección. Como al que se va este puente Mariluz Vázquez con sus dos pequeños.
Con más de 40 o con menos de 15. La maternidad en solitario es, como reconoce el informe de la europarlamentaria del Parlamento Popular Europeo Barbara Matera, muy diversa. Como lo es también su abordaje en los 27 países miembros. Las cifras, además, no dejan lugar a dudas. Las familias monoparentales son cada vez más y necesitan apoyos. En algunos países de la UE como la República Checa, Polonia, Hungría y Eslovenia las madres solteras representan un 6% de la población femenina; en otros, como Estonia y Letonia, llegan incluso a un 9%, según las cifras de la Eurocámara. En España no hay demasiados datos sobre cuantas madres afrontan la maternidad en solitario. En 2009, el 34,5% de los niños nacieron fuera del matrimonio, según el Instituto Nacional de Estadística (INE), pero este dato no desglosa cuántos de ellos pertenecen a familias monoparentales.
Así, el Parlamento Europeo propone una serie de medidas para terminar con lo que reconoce como una situación de desigualdad: desgravaciones y ayudas fiscales, becas especiales, prestaciones de desempleo extraordinarias en función de los hijos a su cargo. Y también ventajas e incentivos a las empresas que ofrezcan guarderías in situ e instalaciones de jardines de infancia que permitan a las madres solas trabajar. El documento pone de ejemplo Holanda, donde la asistencia a la infancia es gratuita para las madres solteras. También habla de guarderías con turnos flexibles y redes de contacto para que las familias monoparentales intercambien sus experiencias. Al estilo de MSPE y otras asociaciones.
Medidas positivas pero que algunas asociaciones ya han criticado por “buenistas” o “escasas”. La directora del Instituto Europeo para la Igualdad de Género (EIGE), Virginija Langbakk, apunta otro punto interesante: "Se suele hablar de madres solteras, pero hay que pensar también en los padres que cuidan solos de sus hijos. Estos son muchas veces discriminados porque en algunos países no pueden acceder a las ayudas que están reservadas solo para las mujeres".
¿Recomendación, pues, mejorable? Tal vez. En cualquier caso es un paso adelante. Habrá que esperar para ver si los Gobiernos toman en cuenta el documento o lo almacenan como tantas otras recomendaciones europeas, que terminan por criar polvo en un cajón. Hacen falta más historias como las de Laura y Mariluz para comprender sus realidades. Para darse cuenta de que ¿reducción de jornada? ¿alternar los turnos con la pareja para cuidar a los hijos? ¿uno de los dos progenitores en paro? ¿mamá enferma? Si criar a un niño es complicado, hacerlo en solitario puede serlo más. ¿No es cierto? Mariluz Vázquez se ríe: “Sí, pero Las ganas de tener a tu hijo y criarlo te llevan a buscar todo tipo de recursos”. A ver si esos recursos dejan de ser solo la familia y la mano voluntarista de los amigos.
http://blogs.elpais.com/mujeres/2011/10/mam%C3%A1s-solas-o-cuando-se-es-el-%C3%BAnico-adulto-de-la-familia.html
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