JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife
Canarias tiene en la actualidad a cerca de 2.300 jóvenes en situación de desamparo, una cifra que, aun siendo inferior a la contabilizada hace unos años, continúa siendo preocupante.
Con el objetivo de dar respuesta a las necesidades de esos menores, el Ejecutivo regional está ultimando el desarrollo de un nuevo Plan Integral de Atención a la Infancia, sobre el que ya trabaja la Consejería de Política Sociales, Cultura, Deportes y Vivienda.
Su titular, Inés Rojas se ha marcado como prioritario la creación de un Banco de Familias Acogentes, que puedan asumir a los cerca de 1.000 menores en desamparo que están institucionalizados (en centros de acogida). “En la actualidad, alrededor de un 50% de los niños en desamparo viven en el seno de una familia. Y queremos elevar ese porcentaje hasta el 75%”, afirma Rojas, quien asegura que “pretendemos modificar la concepción de la protección a la infancia en Canarias”.
En este sentido, desde hace meses se trabaja con 40 familias que mostraron su disposición a acoger menores, algo que presumiblemente empezará a ocurrir a partir del mes de diciembre. Mientras, otras 60 están a la espera de que los técnicos de la Dirección General del Menor concluyan los informes de idoneidad y den el visto bueno a los padres acogentes.
Al respecto, el responsable de este departamento, José Gilberto Moreno, explica al DIARIO que “se está trabajando sobre dos ideas. Por un lado, la captación general de familias; y, por otro, la creación de un programa específico de apoyo y seguimiento personalizado de las familias, con el fin de cubrir las necesidades que las familias biológicas de los chicos no pueden cubrir”.
Moreno, no obstante, recalca que “lo primero que se les deja claro a las familias es que no se trata de un paso previo a la adopción, porque el objetivo final es la reagrupación familiar”. “Ni siquiera generamos la expectativa, porque podría ser peligroso para la propia familia acogente y los niños”, arguye el director general del Menor, que reconoce que cuando se dio a conocer el proyecto del Banco de Familias tuvieron más de 500 peticiones.
El proceso es muy complejo, y cada caso tiene sus singularidades. “Se trata de ir más allá del concepto de familia extensa (niños que son acogidos por familiares), porque son familias ajenas las que asumen esos lazos de afectividad”, manifiesta José Gilberto Moreno, quien insiste en que “nuestra premisa es proteger y atender al niño por encima de todo”.
Una vez seleccionada la familia, en un proceso que como máximo dura 6 meses, se analiza la asignación del menor o los menores, que en muchos casos son hermanos, mayores de 7 años o con algún tipo de discapacidad, cuyos procesos de adopción suelen ser más difíciles.
Luego, y en función del poder adquisitivo y la situación social de la persona o familia acogente, la Dirección General del Menor supervisa y financia el acogimiento, mediante un seguimiento personalizado las 24 horas del día. “Se dará apoyo especialmente a aquellas familias con más riesgo de vulnerabilidad tienen, como pueden ser las familias monoparentales con niños menores de un año, o aquellas que se encuentren en situaciones especiales, con el fin de prevenir su exclusión social o la desintegración familiar”, concluye la consejera Inés Rojas.
Proyecto pionero
Las cifras. Si en 2007, de los 2.507 menores declarados en desamparo en Canarias, un total de 1.211 residían en centros y 1.296 vivían en familias, la tendencia se ha invertido en los últimos dos años. Así, el año pasado de los 2.300 en desamparo, sólo 943 están en acogimiento residencial, mientras que 1.357 lo hacen en una familia.
Fases del acogimiento. Como primer paso, las familias interesadas deben pedir cita previa en 012, para celebrar una reunión en la que se le explicará las características del acogimiento y en qué consiste, así como clarificar que el acogimiento no es un paso previo a la adopción.
Grupos de autoayuda. Tras una formación inicial se llevará a cabo una formación de seguimiento y otra continuada a través de grupos de autoayuda, para apoyar a los padres acogentes en su futuro compromiso educativo y afectivo. A la conclusión del curso se emitirá un informe de prevaloración sobre los solicitantes.
Valoración final. Esta fase incluye diversos informes técnicos, en los que se valora la capacidad económica y social de los solicitantes, así como diversos aspectos de carácter psicosocial. La valoración de la idoneidad la hará la Dirección General del Menor, teniendo un plazo de máximo de 6 meses.
http://www.diariodeavisos.com/2011/10/22/actualidad/familias-%E2%80%98interinas%E2%80%99
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