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miércoles, 18 de enero de 2012

Un divorcio bien llevado por los progenitores evita que los hijos tengan problemas de conducta

Miércoles, 18 de Enero, 2012
Los problemas de un hijo de padres divorciados no se diferencian de los que puede tener un niño de progenitores casados, siempre y cuando los padres se adapten positivamente a su nueva situación. Más que el divorcio en sí, es la actitud de los progenitores lo que puede acarrear problemas de conducta en los menores, según un estudio realizado por la UPV/EHU.
El divorcio en sí no provoca problemas en los niños, al contrario de lo que ocurre en el divorcio que va unido a un conflicto interparental, a una falta de coparentalidad o a un clima familiar inadecuado. Es una de las conclusiones de la investigadora de la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Priscila Comino, que ha comparado datos de 416 niños de edades comprendidas entre los 4 y los 18 años, hijos tanto de padres casados como divorciados.
Los problemas de un niño de padres divorciados no se diferencian del que tiene a sus progenitores casados, siempre que los padres se hayan adaptado positivamente a su situación. Es el divorcio mal llevado por los progenitores lo que puede acarrear problemas de conducta en el niño. [Ver cursos de Desarrollo del Niñoy Psicología Infantil]
Priscila Comino es miembro del grupo de investigación Harremanak, perteneciente a la UPV/EHU, que lleva a cabo un programa de educación parental conocido como “Gurasoak”. En él se trabaja con los progenitores con el fin de que el resultado repercuta en los niños.
Durante el estudio, los progenitores contestaron datos de tipo sociodemográfico. Después, a los padres divorciados se les pasó un cuestionario de adaptación al divorcio, y tanto a divorciados como a casados se les sometió a la prueba CBCL (Child Behaviour Checklist). A través de 13 ítems con 113 conductas se obtuvo una medida de los problemas de conducta de los hijos, como la introversión, la depresión, los problemas de atención o la conducta delictiva.
Si bien es cierto que el bienestar psicológico es más favorable en el caso de los hijos de progenitores casados, la adaptación de los propios progenitores al divorcio permite que los hijos no desarrollen problemas de conducta. Así, el divorcio sólo supone un problema cuando se asocia a otros factores de riesgo, como el conflicto interparental, una coparentalidad inadecuada, cambios en las rutinas diarias del niño o problemas psicológicos de los padres.
http://www.aprendemas.com/Noticias/html/N9686_F18012012.html

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