La imagen fue subida en el perfil Dario Yazmin Helmbold, y por desgracia refleja una triste realidad en donde tanto en España como en otros países, la opinión de los menores es silenciada cuando éstos expresan el deseo de convivir con su padre, o con su padre y con su madre tras un separación o divorcio.
No debería ni siquiera cuestionarse el derecho de los hijos a ser criados, amparados y educados también por su padre tras la ruptura de la pareja, pero lo cierto es que se concede el capricho a un feminismo resentido contra los varones ante el sufrimiento, dolor y las tremendas consecuencias negativas que suponen para los hijos ser aislados de sus figuras paternas y el resto de familia paterna.
Dentro de un tiempo no predecible, situarán a este feminismo que reclama igualdad a cada segundo y que por otro lado pretende que los hijos tras la ruptura de sus padres sean declarados huérfanos de padre vivo, en el mismo saco que a quiénes tiraban a los cristianos a los leones en la época romana, o a quiénes quemaban en la hoguera como brujas en la inquisición.
Fuente:
Miki Barredo de Valenzuela
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