Relaciones familiares al TC (o Jekyll y Hyde)

Martes, 12 de Julio, 2011

MANUEL MOLINA DOMÍNGUEZ. ABOGADO Eduardo Mendoza decía hace apenas dos meses en un foro literario que Robert L. Stevenson "quiere ser buen escritor", pero que "se pierde un poco". Es una opinión muy respetable, y más viniendo del autor de la excelente La verdad sobre el caso Savolta y creador del perplejo Gurb. Pero a mí me parece que el escritor escocés nos regala algo valioso: imaginación desbordante, amena habilidad descriptiva, y, sobre todo, capacidad de análisis sociológico. Y entre sus obras hay una que además sigue siendo tremendamente actual: El misterioso caso del Dr. Jekyll y el Sr. Hyde, no sólo una alegoría clásica sobre la dicotomía entre el bien y el mal, sino un pequeño tratado de psiquiatría doméstica para profanos a propósito del trastorno de personalidad múltiple. Porque, habitualmente, abrir la prensa –sobre todo, por las suculentas páginas de política– y acordarse del protagonista de la novela, es todo uno. Y eso cuando nos esforzamos en ser bien pensados, claro. Porque lo que en otras ocasiones viene a la cabeza son ideas como descaro o desfachatez. Lo anterior viene a cuento de lo siguiente:
1º) Mayo de 2010: El Parlamento de Aragón aprueba la Ley de Igualdad en las Relaciones Familiares. A iniciativa del Partido Aragonés, y con el responsable voto favorable de CHA, PP, y –ojo al dato (que es clave)– también del PSOE. Que esta última fuerza política apoyara dicha ley no resultó extraño desde un punto de vista ideológico, dado que la norma defiende (de acuerdo con la igualdad que anuncia su nombre) la Custodia Compartida de los hijos –como medida preferente– tras separaciones y divorcios. Es decir, la posibilidad de que ambos progenitores sigan participando de forma efectiva en el cuidado y educación de sus hijos después de las rupturas de pareja. Un derecho fundamental especialmente para los hijos. Y una medida progresista que en otros países lleva años siendo defendida por sus homólogos ideológicos (como ejemplo: la socialista –y declarada feminista– francesa Ségolène Royal quien, siendo Ministra de Familia, impulsó la Ley de Custodia Compartida en el país vecino). Pero sigamos con nuestro periplo a través del proceloso mundo de la coherencia política.
2º) Marzo de 2011: El Parlamento de la Comunidad Valenciana aprueba la Ley de Relaciones Familiares de los Hijos e Hijas cuyos Progenitores no conviven. En la misma línea, establece la Custodia Compartida –como medida preferente– tras las rupturas; promoviendo una auténtica igualdad entre ambos progenitores respecto a su dedicación a los hijos. Lo curioso es que en Valencia –a diferencia de Aragón– el PSOE votó en contra. ¿En qué quedamos? –se pregunta uno (con cierta tendencia a la ingenuidad crónica)– ¿la Custodia Compartida de los hijos por ambos progenitores (madre y padre) es una medida justa, igualitaria y progresista, o no lo es?

Pero el panorama se complica aún más (sobre todo si a estas alturas todavía nos seguimos empeñando en aplicar la lógica) al saber que el Gobierno ha presentado un recurso de inconstitucionalidad contra dicha ley. ¿Por qué un Ejecutivo que hace bandera del progresismo se encona de tal modo contra lo que no es sino la adaptación de hombres y mujeres a sus nuevos roles en el ámbito familiar? Pues seguramente no se trata tanto del PSOE como tal (donde sin duda sigue habiendo gente ecuánime y auténticamente progresista respecto a este tema; si bien, actualmente casi silenciados). Ni siquiera de los partidos políticos en general. Se trataría más bien de ciertos lobbies (cada vez más en evidencia, por sus contradicciones) imbricados en el tejido de casi todos esos partidos. Los mismos grupos de presión a los que nunca podremos agradecer lo bastante que durante los últimos años hayan situado en primera línea a personajes que pasarán a la Historia por su inmensa talla intelectual y política: me refiero, entre otros, a Dª Leire (alias: "acontecimientos planetarios"), a Dª Bibiana (alias: "la RAE debe aceptar miembra igual que antes aceptó finstro"), o a D. Miguel (alias: "los padres que quieren la Custodia Compartida son los ´nuevos machistas´") ¡Qué momentos tan gratos! Unos sectores –y sus ya poco anónimos/as correveidiles– que últimamente también presionan para conseguir que se castigue económicamente a los impertinentes padres que piden la Custodia Compartida de sus hijos en procesos contenciosos (–"Qué se habrán creído esos´Kramer´ de pacotilla"– ¿verdad?–"¡A por ellos! ¡Que no levanten cabeza!"–).
En fin, el tiempo hará justicia poniendo a cada uno en su sitio. (Aunque ¡cómo se enreda a veces el puñetero!).
http://www.diariodemallorca.es/opinion/2011/07/12/relaciones-familiares-tc-o-jekyll-hyde/685958.html