Escrito por: Paloma Flores Hassim En el año 2007 mi amiga y colega la Lcda. Lourdes Vallejo Ayala me introdujo al estudio del Síndrome de Alienación Parental. Desde que escuché el término me resultó sumamente interesante y me atrevo a decir que semanalmente recibo personas en mi oficina que son víctimas o victimarios de dicho síndrome.
El Síndrome de Alienación Parental se define como un desorden que se origina primordialmente en el contexto de disputas de la custodia de menores en las causas de divorcio. Su manifestación primordial es la campaña de denigración del niño en contra de un padre, una campaña que no tiene justificación. Resulta de la combinación de una programación del padre (lavado del cerebro) y contribuciones propias del niño en la vivificación del padre denigrado.
Es una conducta dirigida a alejar el menor del otro padre, con el propósito de encausar la preferencia de la custodia del menor y que ese menor no ansíe proseguir relacionándose con el padre contra quien se lleva esta campaña ilusoria.
La persona principalmente responsable de la inducción del síndrome de alienación parental es el padre litigante, caracterizado por la expectativa de ganar ventaja en un Tribunal de Derecho, programando en el menor una campaña de denigración canalizada en contra del otro padre.
La Lcda. Vallejo establece que: "El progenitor alienador generalmente es una persona sobreprotectora, quien es cegado por su rabia o puede animarse por un espíritu de venganza provocado por los celos o por la cólera o simplemente usa al menor como instrumento para castigar al otro progenitor, con el único objetivo de obtener la conexión emocional, en una relación quebrada, en su perfil chantajista." Los expertos definen que esta conducta es constitutiva de maltrato emocional por que se le inflige al menor un sufrimiento innecesario.
Los padres deben ser muy cautelosos con sus acciones al momento de luchar una custodia por la vía legal o durante un proceso de separación o divorcio. Siempre tengan presente que los adultos tenemos la capacidad de enfrentar y sobreponernos a los problemas con más facilidad. Por el contrario, los menores resultan sumamente afectados mental y psicológicamente cuando son víctimas de este síndrome.
Es importante establecer prioridades y concederle a nuestros hijos siempre el primer lugar. Tenemos que estar conscientes de que los menores tienen un padre y una madre y que necesitan de ambos para crecer y desarrollarse efectivamente.
El incurrir en acciones y en conductas que tiendan a inclinar la preferencia de un menor por uno de sus padres, inculcándole pensamientos negativos hacia el otro padre o madre, quizás garantiza el salir victoriosos en un pleito de custodia o divorcio pero también garantiza un daño irreparable para dicho menor.
Aunque la literatura que se ha escrito sobre dicho síndrome es limitada, ésta si se puede encontrar. Por lo que exhorto a los (as) padres y madres que en este momento están pasando por un pleito de divorcio o custodia a que investiguen sobre el tema y se instruyan sobre las consecuencias que acarrea dicho síndrome en un menor.
El Síndrome de Alienación Parental puede inducir en los hijos víctimas, una depresión crónica, una incapacidad de funcionar en un ambiente psicosocial normal, trastornos de identidad y de imagen, desesperación, un sentimiento incontrolable de culpabilidad, un sentimiento de aislamiento, comportamientos de hostilidad, falta de organización, personalidad esquizofrenia y a veces suicidio.
Recuerde que cada instante de la vida de sus hijos debe ser uno memorable y que no hay nada más gratificante que cultivar día a día la salud mental, física, psicológica y emocional de nuestros hijos. Les aseguro que en un futuro éstos nos lo van a agradecer y nosotros nos vamos a sentir sumamente orgullosos de ellos.
http://www.elnuevodia.com/blog-sindrome_de_alienacion_parental-1009007.html
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