Publicado el 21-10-2011
TELEPRENSA.- Ayer, jueves 20 de octubre, se celebró un juicio de faltas por la denuncia realizada por un vecino de la provincia de Almería contra la madre de su hija de siete años, a la que sus abogados imputan una falta de coacciones, por no permitir que la menor pasase con él la mitad de los días de las vacaciones de Semana Santa.
La ex pareja del hombre lo había denunciado previamente -el 30 de septiembre de 2010- por un presunto caso de violencia de género, causa que fue ganada en los tribunales, si bien el Juzgado de Violencia de Género ordenó previamente una serie de medidas civiles pactadas por ambas partes, que no incluían medidas de protección o de alejamiento.
El padre presentó el 4 de diciembre de 2010 una demanda de divorcio contencioso por el padre que aún se encuentra pendiente de juicio. Además, ha interpuesto ante la Guardia Civil 25 denuncias a la madre por amenazas, coacciones, delito contra las relaciones familiares, abandono impropio de una menor, denuncia falsa, maltrato infantil, desescolarización de una menor, secuestro y retención de una menor.
El de ayer fue el primer juicio -de faltas- celebrado; está prevista otra vista oral para el 21 de noviembre, y estaría pendiente, como mínimo, el juicio de divorcio de la ex pareja.
En este tiempo, el régimen de visitas de la niña con sus padres se ha regido por las medidas civiles adoptadas tras la denuncia por violencia de género contra el hombre, si bien éstas eran únicamente válidas durante un periodo de treinta días, se han mantenido hasta el momento por acuerdo de ambas partes, de forma que el hombre tiene derecho a recogerla del colegio, pasar las tardes con ella, fines de semanas alternos y la mitad de los periodos vacacionales.
Sin embargo, el letrado del padre indica que durante 18 días, antes de la Semana Santa, la madre no permitió que éste tuviese acceso a su hija porque 'la niña no quería verlo', asegurando que durante ese tiempo la menor tampoco asistió a clase. Posteriormente, durante las vacaciones de Semana Santa, ocurrió nuevamente lo mismo.
El juicio que se celebrará en noviembre se centrará precisamente en la falta de asistencia de la niña a clase, habiendo solicitado los letrados del padre los informes médicos que acrediten que se encontraba enferma.
En cuanto a la vista oral de ayer, los abogados consideran que “la fiscalía dejó bien claro ante la madre que, si bien no existían medidas cautelares judiciales que delimitaran el régimen de visitas, y dirigiéndose a la madre, le dijo que el padre podría hacer exactamente lo mismo que hizo ella, quedarse con la niña y no dejársela ver a la madre.
La ex pareja del hombre lo había denunciado previamente -el 30 de septiembre de 2010- por un presunto caso de violencia de género, causa que fue ganada en los tribunales, si bien el Juzgado de Violencia de Género ordenó previamente una serie de medidas civiles pactadas por ambas partes, que no incluían medidas de protección o de alejamiento.
El padre presentó el 4 de diciembre de 2010 una demanda de divorcio contencioso por el padre que aún se encuentra pendiente de juicio. Además, ha interpuesto ante la Guardia Civil 25 denuncias a la madre por amenazas, coacciones, delito contra las relaciones familiares, abandono impropio de una menor, denuncia falsa, maltrato infantil, desescolarización de una menor, secuestro y retención de una menor.
El de ayer fue el primer juicio -de faltas- celebrado; está prevista otra vista oral para el 21 de noviembre, y estaría pendiente, como mínimo, el juicio de divorcio de la ex pareja.
En este tiempo, el régimen de visitas de la niña con sus padres se ha regido por las medidas civiles adoptadas tras la denuncia por violencia de género contra el hombre, si bien éstas eran únicamente válidas durante un periodo de treinta días, se han mantenido hasta el momento por acuerdo de ambas partes, de forma que el hombre tiene derecho a recogerla del colegio, pasar las tardes con ella, fines de semanas alternos y la mitad de los periodos vacacionales.
Sin embargo, el letrado del padre indica que durante 18 días, antes de la Semana Santa, la madre no permitió que éste tuviese acceso a su hija porque 'la niña no quería verlo', asegurando que durante ese tiempo la menor tampoco asistió a clase. Posteriormente, durante las vacaciones de Semana Santa, ocurrió nuevamente lo mismo.
El juicio que se celebrará en noviembre se centrará precisamente en la falta de asistencia de la niña a clase, habiendo solicitado los letrados del padre los informes médicos que acrediten que se encontraba enferma.
En cuanto a la vista oral de ayer, los abogados consideran que “la fiscalía dejó bien claro ante la madre que, si bien no existían medidas cautelares judiciales que delimitaran el régimen de visitas, y dirigiéndose a la madre, le dijo que el padre podría hacer exactamente lo mismo que hizo ella, quedarse con la niña y no dejársela ver a la madre.
No obstante la fiscal pidió la libre absolución de la demandada.
La abogada de la demandada argumentó lo mismo, que no había régimen de visitas, aunque desde el 30 de Septiembre de 2010 se estaba llevando a efecto por parte de los dos padres, y que si el padre no podía tener a la niña un fin de semana, que no pasaba nada y no había objeto a la denuncia.
La jueza, que seguramente decretará la libre absolución, se dirigió a los todavía matrimonio y en especial al padre, para que se dejaran de denuncias y que se pusieran de acuerdo por el bien de la niña. No entrando en su alocución, a juzgar si la actitud de la madre estaba bien o mal, y si el padre tenía o no derecho a estar con su hija. Tampoco permitió que el abuelo paterno testificara sobre los hechos, siendo los abuelos también parte dolientes en el asunto.
Terminado el juicio, la jueza y el abogado del demandante, dialogaron con respecto a que, si bien había que buscar el bien de la hija de ambos, ya se habían agotado los cauces de negociación, y que lo único que la madre quería era dinero. ¿Qué pasaría si fuera el padre el que no dejara a la madre estar con su hija?”
Los letrados critican el uso de la hija como 'arma arrojadiza, que lo único que conlleva es que sufra la menor y, por ende, los padres' manteniendo que lo que se intenta es limitar el derecho de ésta a relacionarse con ambos progenitores en igualdad de condiciones e intentar con ello el desarraigo de la misma.
La abogada de la demandada argumentó lo mismo, que no había régimen de visitas, aunque desde el 30 de Septiembre de 2010 se estaba llevando a efecto por parte de los dos padres, y que si el padre no podía tener a la niña un fin de semana, que no pasaba nada y no había objeto a la denuncia.
La jueza, que seguramente decretará la libre absolución, se dirigió a los todavía matrimonio y en especial al padre, para que se dejaran de denuncias y que se pusieran de acuerdo por el bien de la niña. No entrando en su alocución, a juzgar si la actitud de la madre estaba bien o mal, y si el padre tenía o no derecho a estar con su hija. Tampoco permitió que el abuelo paterno testificara sobre los hechos, siendo los abuelos también parte dolientes en el asunto.
Terminado el juicio, la jueza y el abogado del demandante, dialogaron con respecto a que, si bien había que buscar el bien de la hija de ambos, ya se habían agotado los cauces de negociación, y que lo único que la madre quería era dinero. ¿Qué pasaría si fuera el padre el que no dejara a la madre estar con su hija?”
Los letrados critican el uso de la hija como 'arma arrojadiza, que lo único que conlleva es que sufra la menor y, por ende, los padres' manteniendo que lo que se intenta es limitar el derecho de ésta a relacionarse con ambos progenitores en igualdad de condiciones e intentar con ello el desarraigo de la misma.
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