francisco robles
Día 08/10/2011
¿Por qué se ha sentado el juez Serrano en el banquillo? La pregunta puede tener más de una respuesta. Para buscar la verdad en este resbaladizo asunto hay que coger el candil de la razón y prenderlo con la llama de la ironía. Hagamos la prueba del contraste para alumbrar las sombras de este caso. Con ironía, como se dijo antes: esa herramienta que no soportan los que se someten a un pensamiento único, sea el que sea. Vamos allá…
Imaginen por un momento que una madre en trámite de divorcio quiere que su hija menor participe en la Cabalgata de la Paz y la Noviolencia, todo junto, como lo escriben los ideólogos y las ideólogas de la Junta. Pero la niña no puede salir en la carroza de Blancanieves y los siete enanitos pacíficos porque ese día le toca estar con su padre. La abuela de la pequeña acude al juzgado, donde la atiende amablemente una juez muy comprometida con la igualdad de género que acaba de publicar la Guía para el Derecho no sexista. La juez prorroga la estancia de la menor con el fin de que pueda participar en esa cabalgata.
El padre, apoyado por un fiscal que se ha declarado enemigo de la Ley de Violencia de Género, demanda a la madre y consigue que empapelen a la juez que cometió semejante prevaricación. El primero le pide, a través de un abogado que está acusado de maltrato por su pareja, veinte años de inhabilitación. El fiscal, que ha sido nombrado por un Gobierno del PP, hace lo propio y solicita una década sin toga y sin sueldo. La juez cuenta con dos pronunciamientos favorables de su Audiencia Provincial, pero aun así el fiscal —recuérdese que lo ha nombrado el PP, si no, no vale la historia— se empeña en pedir los diez años de inhabilitación y en sentarla en el banquillo. Una vez sentada en el banquillo, la Fiscalía del TSJA pide la absolución de la juez: el fiscal facha y machista ha quedado en ridículo.
Ahora imaginen el revuelo que se habría originado, la que le habría caído al padre que se niega a que su hija participe en la Cabalgata de la Paz, y sobre todo la leña que habría tenido que soportar ese fiscal carca y troglodita, machista y perseguidor de una juez progresista y feminista. Pues eso, exactamente eso, es lo que está sucediendo con el juez Serrano. ¿O no? Lo que ocurre es que la cabalgata pacifista es una cofradía de Semana Santa, el fiscal facha es una fiscal que predica la ideología de género, el padre acusador es la madre que ha hecho de un asunto menor algo que podría provocar la intervención de la unidad antimisiles de Rota… Y todo en este plan.
La Justicia tendrá que condenar o absolver al juez Serrano. La Justicia, no una fiscalía provincial que ha quedado en evidencia después del revolcón sufrido. Ni los voceros o voceras de una ideología de género que se ha levantado con los cascotes del derribado muro de Berlín. Una ideología que emplea como argamasa el peor de los sentimientos: el odio. Ahora dejen de imaginar. Porque la realidad siempre supera a la ficción..
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