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viernes, 8 de julio de 2011

El mercado de la infidelidad

Desembarcan en España varias agencias que pretenden monetizar el arte de poner los cuertos y que entonan como mantra el anonimato y la discreción
03.07.11 - ROSARIO GONZÁLEZ | MADRID
Vista del anuncio de Victoria Milan, una de estas plataformas que pretenden monetizar las aventuras extramatrimoniales.
Las redes sociales en Internet se han configurado como el lugar ideal para buscar contactos. No se trata de un fenómeno nuevo pero sí en auge que suma adeptos por momentos. Sin embargo, las agencias que se encargan de buscar almas gemelas para solteros involuntarios se han topado con otro concepto en el mercado de las relaciones. El de la infidelidad. Agencias que pretenden monetizar el arte de poner los cuernos ofreciendo contactos a personas casadas o en pareja que buscan una aventura y no desean ser pillados in fraganti por sus parejas. Su lema es el anonimato y la discreción.
Son ya varias las agencias especializadas que han desembarcado en España en los últimos meses con relativo éxito, como los portales de citas Second Love, Victoria Milán o, más recientemente, Ashley Madison. Todas ellas comparten rasgos básicos como proveedores de relaciones extramatrimoniales, como garantizar el anonimato de sus miembros, la apuesta por la discreción y diversas herramientas para ser infiel de manera segura, como un “botón del pánico” que redirecciona al usuario a una inocente página de decoración cuando la pareja o el jefe se acerca.
Estas compañías basan su negocio en una página web en la que es gratis registrarse pero no interactuar con el resto de miembros de la comunidad. Para establecer el contacto y chatear es necesario desembolsar un mínimo de 49 euros. Tan seguros están de su éxito que en una de las páginas te devuelven el dinero invertido si no consigues engañar a tu pareja. La crítica más común a este tipo de servicios es la dificultad para atraer a más mujeres –un 70% de los usuarios son hombres- y las agencias son acusadas a menudo de crear falsos perfiles femeninos por no tener suficiente participación.
Para darse a conocer, SecondLove (segundo amor en español) lanzó un dato: “Uno de cada tres hombres y mujeres en España será infiel a su pareja a lo largo de su vida”, afirmaban desde la red de contactos. Su argumento para la captación de infieles: “La vida es corta. Regálate un second love”. En el caso de Victoria Milán, la agencia puso a prueba la laxitud moral del público con un anuncio exterior que rezaba: “¿Estás casada? Revive la pasión: ten una aventura”. El anuncio recibió críticas en su página de Facebook por el “ataque a la institución del matrimonio” y fue recogido por el diario británico The Guardian.
Estrategias agresivas
La tercera en discordia es Ashley Madison, una agencia canadiense con base en Toronto que se autoproclama como “líder mundial en aventuras discretas para gente casada o en pareja”. Su lema “La vida es corta. Ten una aventura” ha ganado ya casi diez millones de adeptos en todo el mundo y en España ha conseguido traspasar la moralina para poder insertar su anuncio en varios medios de comunicación, incluida la transmisión de un evento de gran popularidad, el del Gran Premio de Fórmula 1 de Valencia, o la inmensa lona colgada en la Gran Vía madrileña que tuvo que ser retirada a las pocas horas.
Su reciente aterrizaje en España ha generado gran polémica por su agresiva estrategia de comunicación, un modus operandi que les ha generado un abultado currículum. Como sus frustrados intentos por colarse en la Super Bowl, una de las retransmisiones por televisión más vistas en los Estados Unidos cada año. De hecho, el descanso del partido es la franja publicitaria más cara de todo el año, y el día del encuentro (conocido como ‘Super Sunday’ (Super Domingo) está considerado de facto como una fiesta nacional. Ya en 2009, la NBC cerró la puerta al anuncio durante la retransmisión del partido y, en la última edición, lo intentaron con la cadena Fox, pero la comisión ética del canal decidió vetarlo porque su protagonista era la actriz porno Savanna Samson.
La moral americana también desoyó sus ofertas para rebautizar con el nombre de la compañía el Aeropuerto Sky Harbor de Phoenix, en Arizona, o el New Meadowlands Stadium de Nueva Jersey, a quien la compañía ofreció llamarse ‘AshleyMadison.com Stadium’. En Toronto, su base de operaciones, la comisión de transportes rechazó insertar sus reclamos en los tranvías, mítico medio de transporte público de la ciudad canadiense. También fue sonada la oferta de 100.000 dólares que le hicieron a uno de los mineros de Chile –uno que le fue infiel a su mujer- para promocionar sus servicios.
El gran número de intentos frustrados podrían considerarse un fracaso de su estrategia de comunicación, pero nada más lejos de la realidad. La polémica siempre ha sido un buen negocio y la publicidad gratuita que han conseguido sus acciones –como este mismo texto que el lector se encuentra leyendo- ha proporcionada a la agencia una notoriedad imposible de alcanzar con una estructura de publicidad más tradicional.

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