9 oct. 2011
Vanessa Valdez Parra
Universidad Mayor de San Simon
Sin remedio alguno escapó de aquel oscuro infierno. El pasado 5 de Septiembre, Juan Castro (Nombre ficticio), de 10 años de edad y huérfano de padre y madre, escapó del “Albergue Amanecer”, tras haber recibido maltrato físico por parte de los “educadores” de dicho albergue.
Los niños y adolescentes que viven en los albergues sufren maltrato físico y psicológico, por el simple hecho de que no cuentan con la protección y cuidado de sus familias.
La realidad
Juan desde pequeño perdió a sus padres en un accidente de tránsito y desde entonces vivía en el Albergue Amanecer. El maltrato que él recibía ocasionó que tomara la decisión de escapar del hogar.
Una educadora del Albergue Amanecer declaró que “hay maestras que maltratan a los niños, los pegan y encierran en sus cuartos sin comer, pero los de SEDEGES no hacen nada, solo se encargan de encontrar a los niños que se escapan y no hacen una investigación previa”.
Maltrato infantil
Un niño que vivía en un albergue, sufrió abandono emocional considerado también maltrato infantil, pues el menor no recibía el afecto que requería.
Especialistas sobre el tema dicen que otra forma de maltrato infantil es el caso de los niños que presencian situaciones crónicas de violencia entre sus padres, estos niños presentan trastornos muy similares a los que caracterizan a quienes son victimas de abuso. Muchas veces en los albergues y en los hogares familiares, el maltratar físicamente a un niño, es parte de la educación del mismo.
La Asistente Legal de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Daniela Crespo, informó que “cuando se tiene alguna denuncia de maltrato infantil de cualquier tipo, lo primero que se hace es ir al lugar y respectivamente se hace una investigación y se comprueba si hubo o no maltrato hacia un niño o adolescente”.
El responsable de la atención al niño, escolar y adolescente, Ramiro Boero, informó que el área social de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia son los que se comunican con SEDEGES (Servicio Departamental de Gestión Social) para buscar un albergue para aquellos niños y adolescentes que no cuentan con una familia y puedan tener un lugar permanente donde vivir.
Magnitud del problema
Las estadísticas acerca del maltrato físico de los niños son alarmantes. Se estima que cada año cientos de miles de niños reciben abusos y maltratos por parte de sus padres, parientes o tutores los cuales solo algunos casos son denunciados.
De acuerdo con los datos de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, se recibe al día como seis denuncias de maltrato infantil.
“Un 60% de mis pacientes vienen a mi consultorio con trastornos por maltratos psicológicos”, afirmó la psicóloga de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia, Carmen Céspedes.
Consecuencias del maltrato infantil
“Tanto el maltrato infantil como la violencia intrafamiliar han sido algunas de las formas de violencia más comunes y penetrantes en nuestra sociedad”, informó la Teniente de la Defensoría de la Familia, Rosario Pacheco.
El maltrato infantil trae serias consecuencias tanto en el individuo como en la sociedad en general, varios especialitas indican que las consecuencias más frecuentes son los trastornos emocionales que afectan en el desarrollo físico del niño, como baja autoestima, depresión, ansiedad, problemas de conducta y por ende alteraciones en el rendimiento académico.
Cómo combatir el maltrato infantil
Usualmente son recurrentes y cada vez más graves los casos de maltrato infantil que recibieron muchos niños al igual que Juan.
Para poder evitar y combatir estos casos, la Asistente Legal de la Defensoría de la Niñez y Adolescencia dijo: “El Ministerio de Salud y Municipios deben implementar centros de referencia para diagnóstico y atención integral y crear centros de protección temporal al niño, también comités barriales y vecinales deben intervenir activamente en la atención integral y la notificación de casos”.
Tras haber dormido en una casa abandonada después de haber escapado del albergue, Juan encontró el afecto que buscaba. “Yo no quiero regresar al albergue, no quiero que me separen de mis papás”, dijo, digiéndose a la familia que lo recibió con los brazos abiertos.
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