La esposa vertió un potente sedante en la comida y después, cuando el esposo estaba adormilado, le propinó un corte en el cuello
07.10.11 - REDACCIÓN | SANTANDER
Una mujer de 58 años, en tratamiento psiquiátrico, apuñaló el pasado domingo a su esposo después de administrarle a él y al hijo del matrimonio un potente sedante en la comida. La agresora clavó un cuchillo en el cuello de la víctima, que despertó tras la punzada y vio a su mujer con el arma blanca en la mano.
A pesar de encontrarse bajo los efectos del fármaco pudo reaccionar a tiempo e inmovilizar a la esposa. El hijo del matrimonio, que también había sido narcotizado, despertó al oír los gritos del padre y alertó a la Policía. Las tres personas fueron evacuadas al Hospital Valdecilla para ser asistidas por personal médico. Los facultativos saturaron el corte profundo en el cuello del herido, que fue dado de alta horas después junto a su hijo.
La agresora quedó ingresada y detenida en la Unidad de Acceso Restringido (UAR) del centro médico bajo tratamiento psiquiátrico. Según manifestó su esposo después de los hechos, la mujer tiene una minusvalía física y psíquica y en su historial clínico se recogen tres intentos de suicidio.
La Policía dio cuenta de lo ocurrido al Juzgado de Guardia, que instruye las diligencias.
Según ha podido saber este periódico de fuentes de la investigación, la agresión se produjo sobre las cuatro de la tarde del pasado domingo. Por la mañana, el matrimonio, con domicilio en Santander, estuvo paseando con otros familiares. Después de comer, el padre y el hijo del matrimonio, de 27 años, que vive en el domicilio familiar, se sintieron indispuestos. El joven acudió al dormitorio y se acostó, mientras que el padre se dirigió al salón. Allí sucumbió a un extraño sueño; quería abrir los ojos y no podía hasta que perdió la noción del tiempo.
Pero una punzada en el cuello le devolvió a la realidad. Cuando abrió los ojos vio a su esposa con un cuchillo de grandes dimensiones en la mano y advirtió la sangre caliente en la parte derecha del cuello.
A pesar de la herida, el hombre consiguió inmovilizar a su mujer, mientras llamaba a gritos a su hijo. Aún sedado, el joven despertó de la somnolencia y acudió a la llamada de auxilio. Entonces se encontró a su padre y a su madre en la zona de acceso al salón y alertó al 112 de la agresión.
Llegan los agentes
Cuando los agentes acudieron al domicilio se encontraron al joven, que, con voz trémula, sólo le dio tiempo de repetir: «Mi madre nos ha envenenado y luego ha cortado el cuello a mi padre». Luego cayó desplomado al suelo. Un poco más allá hallaron a la mujer tumbada y a su marido encima, con un corte en el cuello y sujetándole las manos. La mujer, en estado de shock, no cesaba de gritar: «Me he vuelto loca». En el suelo del salón estaba también el cuchillo de grandes dimensiones con el que se profirió el ataque. La mujer fue detenida y trasladada a Valdecilla, donde clamaba por morir, y reconoció que había vertido un sedante en la comida de su marido y su hijo con el objeto de matar al primero y evitar que el segundo se enterase de ello. Su estado de excitación era tal que en un momento de la custodia intentó coger la pistola de un agente.
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