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- La mujer maltratadora
http://www.farodevigo.es/gran-vigo/2012/07/27/anos-prision-madre-pareja-maltrato-hijo-7-anos/668895.html
La Fiscalía afirma que sumieron al menor "en un estado de terror constante" por crueles episodios como lanzarlo desde gran altura a una piscina o sumergirle la cabeza en el agua
Dos años de prisión. Es la condena que aceptaron una vecina de Baiona de profesión psicopedagoga, L.R.E., y su compañero sentimental –al menos en el momento de los hechos–, J.T.C.E., por malos tratos al hijo de ella en el verano de 2011, cuando el menor tenía 7 años. Este caso se descubrió a raíz de que un vecino grabase en vídeo los episodios violentos que sufría el niño en la vivienda en la que la familia residía en Sabarís, tales como “lanzarlo con violencia” en una piscina hinchable o “sumergirle” la cabeza en el agua, tal y como consta en el escrito de acusación de la Fiscalía. El Ministerio Público afirma que ambos acusados infligían lo que ellos denominaban “castigos” al pequeño, que consistían, agrega, “en conductas que pretendían ridiculizar y humillar al niño y hacer igualmente que pasase miedo”, “actuando ambos conscientemente y con la intención de menoscabar la integridad tanto física como psíquica del menor, consiguiendo desde luego su objetivo”.
El juicio se celebró en junio en el Juzgado Penal 1 de Vigo. La Fiscalía solicitaba inicialmente 8 años de prisión, pero, tras un acuerdo de conformidad con la defensa, la pena de cárcel se rebajó a dos años para cada uno de los acusados. Así, tanto la madre del menor como su compañero asumieron ser autores de tres delitos de malos tratos en el ámbito familiar y de un cuarto delito de maltrato habitual. Además de la prisión, se le impone a cada uno 168 días de trabajo en beneficio de la comunidad –con la condición de que no sea en ninguna actividad relacionada con menores–, la prohibición de aproximarse al niño o comunicarse con él durante un período de 4 años y la inhabilitación para profesión u oficio relacionado con menores durante 5 años. En el caso concreto de la madre, se la inhabilita para el ejercicio de la patria potestad durante 3 años. La Fiscalía pedía 6.000 euros de indemnización para la víctima, pero no trascendió la fijada por la juez.
Según la Fiscalía, estos hechos ocurrieron el verano de 2011. Así, un día por la noche a principios de julio, ambos acusados “obligaron al menor a estar totalmente desnudo, de rodillas, y con los brazos en cruz, sin cenar, en una habitación del domicilio donde convivían”. La acusación pública agrega que cuando por cansancio el niño movió los brazos, el condenado “lo sacó al jardín y lo hizo ‘volar’ en una pequeña piscina hinchable”, concretamente cogiéndolo “en peso” y lanzándolo con violencia a gran altura para que el menor cayese en el agua, “haciéndose daño al caer y con gran riesgo para su integridad física, dado lo pequeño de la piscina y la poca profundidad del agua”. Agrega la Fiscalía que el niño “gritaba de miedo”, diciendo “¿por qué me quieres matar?”, “presenciando estos hechos la acusada”.
Siempre según el escrito de calificación, el hombre volvió a lanzar al niño a la piscina el 14 de julio de ese año “durante aproximadamente tres cuartos de hora”, concretando que esta conducta la realizó en “numerosas y repetidas ocasiones”, a pesar de que el menor, “temblando de pánico, le pedía que no lo hiciese”.
El acusado, agrega la fiscal, también sumergió la cabeza del menor debajo del agua en varias ocasiones, “impidiendo que el niño respirase y riéndose de él”. La acusación concreta que esta secuencia de hechos fue vista por la madre, “que a pesar de ello y de su obligación de proteger a su hijo no solamente no hizo nada por impedirlo, sino que participaba de las risas e incluso ella también introdujo la cabeza del menor en el agua varias veces”. Todo ocurrió además ante los dos hijos menores del condenado. La víctima estaba desnuda, agrega, “con el fin de aumentar su humillación y vergüenza”. La fiscal también señala que se sometía al niño, en menor medida, a castigos físicos: en una ocasión el hombre le golpeó con una zapatilla en las nalgas.
Síntomas
Los acusados, concluye la Fiscalía, sumieron al menor a un estado de “terror constante” y el pequeño sufrió leves síntomas ansiosos reactivos a las crueles experiencias sufridas. Aunque no muestra ningún trastorno mental relevante, la acusación pública afirma en su escrito que ello “no es garantía de que en un futuro no pueda padecer algún tipo de malestar psíquico”. También se concreta que la madre del pequeño, psicopedagoga, trabajó como orientadora en un colegio. La fiscal afirma que las conductas “fueron realizadas bien por ambos acusados conjuntamente o bien por uno de ellos indistintamente, con el consentimiento y anuencia del otro”. El condenado ingreso en prisión preventiva tras descubrirse el caso en 2011 y ella resultó imputada.
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