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http://www.debate.com.mx/eldebate/Articulos/ArticuloOpinion.asp?IdArt=12266467&IdCat=6116Se escucha mucho hablar, de manera juiciosa, de los "hijos de padres divorciados". Esta manera de etiquetar a los hijos de parejas que deciden no seguir viviendo en el vínculo del matrimonio pareciera que los define como si fueran únicos en su especie, o sea, que los hijos de padres divorciados son de esta manera o de otra, y que todos son iguales; es decir, se generaliza. Entonces, cuando el criterio es estrecho y no se abre a la comprensión, con empatía, de los demás, lo que puede pasar es que se concluya que todos los hijos de divorciados poseen las mismas características, o bien, se piensa que esos atributos solamente los poseen estos niños.
Hay algo que es cierto… En una familia en la que papá y mamá deciden separarse, los hijos padecen la fractura. Partamos de un principio básico de la biología que nadie podrá rebatir: todos los seres humanos estamos formados de mamá y de papá, en proporción de 50 y 50 por ciento. Por otro lado, hoy es un hecho aceptado que, además de nuestro cuerpo físico, tenemos una dimensión emocional y espiritual que incluye el alma. El niño, pues, interioriza y concibe a la pareja, papá y mamá, como un sólo ente y de donde a él le llegó la vida. El niño es 50 por ciento mamá y 50 por ciento papá. Y si ese 'ente' se fractura y se separa, el alma del niño se fractura también. Sí, así vive el niño la separación de los papás. Existen muchas instancias y estrategias para acompañar a los niños en los procesos de separación de sus papás, y todas ellas se dirigen a que ese niño salga lo menos lastimado. ¿Por qué? Porque es claro que el divorcio de los padres lastima a los hijos, por muy civilizado que se realice y por muy amoroso que cada padre, por separado, se muestre con ellos.
Pero esta situación existe también con los hijos cuyos padres no están separados. Hay hogares donde la fractura del vínculo matrimonial existe, aún cuando no haya un acta de divorcio de por medio. Matrimonios aparentemente 'funcionales' pero en los que los hijos se han colocado entre ellos. Y a un hijo que está en medio de papá y de mamá le resulta imposible verlos juntos: ve a uno de ellos o ve al otro. ¿Cuándo sucede que un hijo se atrapa entre papá y mamá? Hay muchas situaciones... Por ejemplo, cuando los padres no se ponen de acuerdo con los límites de la casa: papá dice una cosa y mamá dice otra. O bien, cuando uno de los dos padres, enojado con el otro, toma como confidente a su hijo para quejarse de su pareja y establece una alianza que para el hijo es terrible, al tener que tomar partido por alguno de los dos. Otras situaciones cotidianas que se presentan con más frecuencia de lo que se desearía, son aquéllas en las que la madre o el padre descalifican al otro frente a los hijos.
Si pensamos que los hijos de padres divorciados se lastiman por la separación, y ello les trae consecuencias emocionales severas, sepamos que no es el vínculo social o legal el que los lastima; digamos, no es la legalización de esa separación la que lo provoca. De igual manera, en hogares con padres juntos los hijos pueden quedar atrapados entre papá y mamá, y el daño emocional es el mismo. Creo que no importa cómo sean las circunstancias de la pareja en términos de si están juntos o no para el impacto en los hijos, sino la forma en cómo se viven dichas circunstancias. Por supuesto, siempre nutriremos más a nuestros hijos cuando les damos la seguridad de un hogar donde papá y mamá están ahí, están juntos y disponibles para ellos. Pero ante la eventualidad de una separación, es necesario considerar que, a pesar de las diferencias entre los padres, los hijos todavía pueden seguir viviendo en el amor cuando no los colocan en el medio y resuelven, como adultos, sus diferencias. ¡Claro! Se requiere madurez... y eso parece que escasea.
ncampos@alianzacye.com
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