Martes 09.08.2011
NO HAY en todo el orbe alguien capaz de negar que el actual Gobierno de España ha ido de fracaso en fracaso en materia económica. Con todo, la mayor ruina que dejará como herencia será la ideológica, los pies de barro en los que ha querido cimentar una transformación social profundamente inhumana.
El Gobierno de Zapatero quería desmontar la concepción antropológica tradicional, esa que refiere al hombre como un ser racional capaz de conocer y conocerse, de amar a otros, abierto a la trascendencia. En su lugar se ha ido desarrollando una paulatina imposición de la ideología de género, que nos cuenta que la diferencia entre hombres y mujeres es un hecho social o cultural antes que biológico, que la sexualidad y la afectividad son como el agua y el aceite. Estas y otras cosas contaba Jorge Corsi, referente mundial de esta ideología, antes de ser encarcelado en 2008 por pederasta.
Esta apuesta por la desvinculación ha fracturado las relaciones entre hombre y mujer, padres e hijos, etc. Era la necesaria dinamitación que allanaría el camino a la ampliación del aborto, el divorcio exprés, el matrimonio homosexual o la desenfocada lucha contra la violencia de género.
Total, que una de las más laboriosas destructoras, la ministra Pajín, nos presenta una encuesta sobre la violencia machista y confiesa que hay 600.000 personas en España que la siguen justificando. Y, de ellas, ¡240.000 son mujeres! Y por si el fracaso no fuese suficientemente sonado, anuncia después que reformará la Ley de Violencia de Género para incluir a las parejas del mismo sexo. ¿Qué género violenta a qué género? ¿Cómo identificar a la mujer agredida? Son las cosas del pensamiento débil, que deja un tufo a fracaso.
http://www.elcorreogallego.es/opinion/ecg/gran-fracaso/idEdicion-2011-08-07/idNoticia-691834/
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