La ministra de Igualdad, Bibiana Aído, aseguró ayer que la Ley integral Contra la Violencia de Género es "la voz de la mayoría" aunque "haya determinados sectores que se empeñen en deslegitimarla", en referencia a las críticas sobre esta norma del juez de Familia de Sevilla, Francisco Serrano.
AGENCIAS | MADRID
Aído hizo esta declaración en la presentación del balance de los datos de violencia machista de 2009 y en relación a unas afirmaciones de Serrano, en las que señalaba que esta Ley favorece las denuncias falsas y "estigmatiza al hombre por el hecho de serlo".
La ministra señaló que, cada cierto tiempo, se buscan argumentos en contra de esta Ley, a pesar de que "no beneficia en absoluto" a la lucha para erradicar esta violencia, en la que se han invertido tantos esfuerzos y recursos por el conjunto de las instituciones y de la sociedad, aseguró.
Aído valoró "el amplio consenso" que tuvo la Ley en el Parlamento, donde se aprobó por unanimidad, un acuerdo que se ha vuelto a ratificar en la Comisión de Igualdad. Asimismo, destacó que la norma goza del respaldo entre las autonomías e, incluso, en la última Conferencia de Presidentes Autonómicos se llegó a un acuerdo en esta materia, señaló la ministra.
Tras recalcar que varias sentencias del Tribunal Constitucional han avalado la plena constitucionalidad de la Ley, Aído aseguró que el consenso también se ha generado en la sociedad, que, en su opinión, cada vez está más sensibilizada y concienciada frente al problema de la violencia machista. "La unidad es nuestra mayor fortaleza y principal garantía para tener éxito en la lucha contra este tipo de violencia", dijo.
Ayer también se conoció otro informe sobre las víctimas del machismo en 2009, aunque elaborada por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia. Aquí se profundiza en algunos detalles estadísticos y se recoge un perfil del agresor.
Así, en términos absolutos, la mayoría de los asesinos (26) tenía una edad comprendida entre los 25 y los 44 años. El 55 por ciento de los agresores eran españoles y, al menos tres de cada diez, tenían antecedentes policiales antes de cometer el asesinato.
Tras cometer el crimen, el 68,33 por ciento fueron detenidos, el 21,67 se suicidó y un 8,33 por ciento lo intentó, por lo que el 1,67 por ciento logró huir.
Aído hizo esta declaración en la presentación del balance de los datos de violencia machista de 2009 y en relación a unas afirmaciones de Serrano, en las que señalaba que esta Ley favorece las denuncias falsas y "estigmatiza al hombre por el hecho de serlo".
La ministra señaló que, cada cierto tiempo, se buscan argumentos en contra de esta Ley, a pesar de que "no beneficia en absoluto" a la lucha para erradicar esta violencia, en la que se han invertido tantos esfuerzos y recursos por el conjunto de las instituciones y de la sociedad, aseguró.
Aído valoró "el amplio consenso" que tuvo la Ley en el Parlamento, donde se aprobó por unanimidad, un acuerdo que se ha vuelto a ratificar en la Comisión de Igualdad. Asimismo, destacó que la norma goza del respaldo entre las autonomías e, incluso, en la última Conferencia de Presidentes Autonómicos se llegó a un acuerdo en esta materia, señaló la ministra.
Tras recalcar que varias sentencias del Tribunal Constitucional han avalado la plena constitucionalidad de la Ley, Aído aseguró que el consenso también se ha generado en la sociedad, que, en su opinión, cada vez está más sensibilizada y concienciada frente al problema de la violencia machista. "La unidad es nuestra mayor fortaleza y principal garantía para tener éxito en la lucha contra este tipo de violencia", dijo.
Ayer también se conoció otro informe sobre las víctimas del machismo en 2009, aunque elaborada por el Centro Reina Sofía para el Estudio de la Violencia. Aquí se profundiza en algunos detalles estadísticos y se recoge un perfil del agresor.
Así, en términos absolutos, la mayoría de los asesinos (26) tenía una edad comprendida entre los 25 y los 44 años. El 55 por ciento de los agresores eran españoles y, al menos tres de cada diez, tenían antecedentes policiales antes de cometer el asesinato.
Tras cometer el crimen, el 68,33 por ciento fueron detenidos, el 21,67 se suicidó y un 8,33 por ciento lo intentó, por lo que el 1,67 por ciento logró huir.
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