ELMUNDO.es | Castellón
Actualizado martes 07/06/2011
La mujer, manifestándose este miércoles por la tarde ante el Palacio de Justicia de Vinaròs
Es víctima de la lentitud de la Justicia. Al menos así lo considera Yolanda Sillero, una madre de tres hijos que se encuentra en huelga de hambre desde la semana pasada para recuperar la guarda y custodia de sus hijos que el juez ha considerado decantarla en el padre, hasta el momento, aunque ambos compartan la patria potestad de los niños (de 13, 10 y 7 años en la actualidad).
La mujer pasó tres años alejada de sus hijos menores mientras no se resolvía el juicio sobre las acusaciones vertidas contra su novio por presuntos abusos sexuales hacia los niños y contra ella por, presuntamente, consentirlas. Finalmente los juzgados le absolvieron de dichas graves acusaciones pero no evitaron que en tres años los pequeños perdiesen cualquier contacto e interés por relacionarse con la madre.
En la sentencia de divorcio fijada el pasado 16 de mayo, el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Vinaròs estimó en parte la demanda solicitada por el padre de los niños, que pedía el domicilio conyugal establecido en Vinaròs así como la guarda y custodia de los menores.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana han matizado que los padres iniciaron la separación cuando los niños eran muy pequeños y la patria potestad se suspendió a la madre tras la denuncia de presuntos abusos sexuales.
Tras el juicio por esos supuestos abusos, la mujer, que estaba denunciada por presuntamente consentirlos, quedó absuelta, "y en ese mismo momento la juez decreta una medidas provisionalísimas que permitieran a la mujer recuperar la patria potestad y arbitrar un sistema progresivo de visitas, dado que el tiempo separados ha sido importante", reconocen desde el Alto Tribunal valenciano.
Se acordó que empezara a ver a los niños dos horas a la semana. Esas medidas provisionalísimas se convirtieron en definitivas el pasado mayo y la juez estableció las visitas semanales en un punto de encuentro, con un informe cada dos meses de los profesionales precisamente para evaluar el incremento del tiempo a compartir entre ambos hasta que se normalice la relación.
Así las cosas, la sentencia de divorcio decretada el pasado 16 de mayo establece que la patria potestad de los niños es titularidad de ambos cónyuges; que la guarda y custodia será ejercitada por el padre, "teniendo la madre derecho a verlos un día por semana en una visita tutelada por el Punto de Encuentro Familiar (PEF) de Vinaròs".
Este servicio PEF emitirá al Juzgado cada dos meses dichos informes piscoterapéuticos periódicos "sobre la evolución de los niños en relación con su madre, y la predisposición y postura de ambos progenitores en estas visitas. El PEF expondrá la progresión y si procede modificar y ampliar el régimen de visitas", añade la setencia.
La juez estima que llegado el caso, madre e hijos podrán iniciar visitas sin tutela y conseguir un régimen ordinario, de fines de semana alternos, día interesemanal y vacaciones por mitad.
La juez reconoce que el padre ha venido ejerciendo la guarda y custodia en estos años, respaldado por decisiones judiciales, y la madre tuvo prohibido durante más de tres años el contacto con los niños. Así, en su sentencia asume que "no es fácil la situación en la que se encuentra la demandada: acusada de un delito por el que posteriormente salió absuelta, se vio obligada a dejar de tener contacto con sus hijos. Esta situación, sin dejar de ser abrumadora, no es agradable tampoco para el padre. Sea como fuere y sin que haya culpas de por medio, lo cierto es que los tres niños han crecido en compañía de su padre, quien se ha preocupado de su formación".
Los informes psicológicos, además, reflejan un "rechazo frontal" de los hijos a la hora de pasar jornadas con la madre, "por ello entiendo que, en el momento actual la guarda y custodia se debe otorgar al padre sin perjuicio que, llegado el momento oportuno, la interesada o el Ministerio Fiscal soliciten la guarda compartida", advierte la juez.
Yolanda Sillero se encuentra en huelga de hambre desde la semana pasada para recuperar la custodia de sus hijos y ha comenzado una recogida de firmas ante el Palacio de Justicia de la localidad. No sólo se considera víctima de la lentitud de la Justicia sino que además acusa a su ex marido de poner a los niños en su contra durante este tiempo y cree que la situación actual en la que viven sus hijos no es buena.
Su abogada trabaja en el Recurso de Apelación ante la Audiencia Provincial de Castellón, donde tiene que estar presentado antes del 22 de junio.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/06/castellon/1307375941.html
Es víctima de la lentitud de la Justicia. Al menos así lo considera Yolanda Sillero, una madre de tres hijos que se encuentra en huelga de hambre desde la semana pasada para recuperar la guarda y custodia de sus hijos que el juez ha considerado decantarla en el padre, hasta el momento, aunque ambos compartan la patria potestad de los niños (de 13, 10 y 7 años en la actualidad).
La mujer pasó tres años alejada de sus hijos menores mientras no se resolvía el juicio sobre las acusaciones vertidas contra su novio por presuntos abusos sexuales hacia los niños y contra ella por, presuntamente, consentirlas. Finalmente los juzgados le absolvieron de dichas graves acusaciones pero no evitaron que en tres años los pequeños perdiesen cualquier contacto e interés por relacionarse con la madre.
En la sentencia de divorcio fijada el pasado 16 de mayo, el Juzgado de Primera Instancia número 4 de Vinaròs estimó en parte la demanda solicitada por el padre de los niños, que pedía el domicilio conyugal establecido en Vinaròs así como la guarda y custodia de los menores.
Fuentes del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana han matizado que los padres iniciaron la separación cuando los niños eran muy pequeños y la patria potestad se suspendió a la madre tras la denuncia de presuntos abusos sexuales.
Tras el juicio por esos supuestos abusos, la mujer, que estaba denunciada por presuntamente consentirlos, quedó absuelta, "y en ese mismo momento la juez decreta una medidas provisionalísimas que permitieran a la mujer recuperar la patria potestad y arbitrar un sistema progresivo de visitas, dado que el tiempo separados ha sido importante", reconocen desde el Alto Tribunal valenciano.
Se acordó que empezara a ver a los niños dos horas a la semana. Esas medidas provisionalísimas se convirtieron en definitivas el pasado mayo y la juez estableció las visitas semanales en un punto de encuentro, con un informe cada dos meses de los profesionales precisamente para evaluar el incremento del tiempo a compartir entre ambos hasta que se normalice la relación.
Así las cosas, la sentencia de divorcio decretada el pasado 16 de mayo establece que la patria potestad de los niños es titularidad de ambos cónyuges; que la guarda y custodia será ejercitada por el padre, "teniendo la madre derecho a verlos un día por semana en una visita tutelada por el Punto de Encuentro Familiar (PEF) de Vinaròs".
Este servicio PEF emitirá al Juzgado cada dos meses dichos informes piscoterapéuticos periódicos "sobre la evolución de los niños en relación con su madre, y la predisposición y postura de ambos progenitores en estas visitas. El PEF expondrá la progresión y si procede modificar y ampliar el régimen de visitas", añade la setencia.
La juez estima que llegado el caso, madre e hijos podrán iniciar visitas sin tutela y conseguir un régimen ordinario, de fines de semana alternos, día interesemanal y vacaciones por mitad.
La juez reconoce que el padre ha venido ejerciendo la guarda y custodia en estos años, respaldado por decisiones judiciales, y la madre tuvo prohibido durante más de tres años el contacto con los niños. Así, en su sentencia asume que "no es fácil la situación en la que se encuentra la demandada: acusada de un delito por el que posteriormente salió absuelta, se vio obligada a dejar de tener contacto con sus hijos. Esta situación, sin dejar de ser abrumadora, no es agradable tampoco para el padre. Sea como fuere y sin que haya culpas de por medio, lo cierto es que los tres niños han crecido en compañía de su padre, quien se ha preocupado de su formación".
Los informes psicológicos, además, reflejan un "rechazo frontal" de los hijos a la hora de pasar jornadas con la madre, "por ello entiendo que, en el momento actual la guarda y custodia se debe otorgar al padre sin perjuicio que, llegado el momento oportuno, la interesada o el Ministerio Fiscal soliciten la guarda compartida", advierte la juez.
Yolanda Sillero se encuentra en huelga de hambre desde la semana pasada para recuperar la custodia de sus hijos y ha comenzado una recogida de firmas ante el Palacio de Justicia de la localidad. No sólo se considera víctima de la lentitud de la Justicia sino que además acusa a su ex marido de poner a los niños en su contra durante este tiempo y cree que la situación actual en la que viven sus hijos no es buena.
Su abogada trabaja en el Recurso de Apelación ante la Audiencia Provincial de Castellón, donde tiene que estar presentado antes del 22 de junio.
http://www.elmundo.es/elmundo/2011/06/06/castellon/1307375941.html
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