El rol del padre está experimentando cambios en
el seno de la familia tradicional latinoamericana
Solteros, casados o divorciados pero más implicados que nunca en el cuidado de sus hijos. AL abre las puertas a nuevos modelos de paternidad en vísperas del Día del Padre
México, D.F..- Vivir la paternidad también es posible fuera de la familia convencional. Algunos personajes famosos como el boricua Ricky Martín o el cantante español Miguel Bosé recurrieron a un vientre de alquiler para hacer realidad su deseo de ser padres.
Aunque ésta no es una práctica extendida en Latinoamérica, donde la figura del padre soltero es actualmente algo excepcional. “Para adoptar se pide una pareja y no conozco el caso de un hombre que haya decidido tener un hijo por medio de una madre de alquiler”, afirma Gabriel Jacobo Alavez Medina, sociólogo y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Según el estudio, “Cultura, masculinidad y paternidad: las representaciones de los hombres en Costa Rica”, elaborado por Roy Rivera y Yajaira Ceciliano, “la idea convencional de familia nos lleva a verla como una unidad integrada por madre, padre, hijos e hijas”.
“Si bien esta imagen no tiende a desaparecer a corto plazo, también es cierto que en la actualidad se identifican otros esquemas o modelos que tienen posibilidades de consolidarse, aunque sin llegar a ser mayoritarios, como en el caso de parejas homosexuales con hijos de uno de ellos”, indica el mismo informe.
En Costa Rica, el matrimonio entre personas del mismo sexo es algo “incipiente y existe mucha resistencia a hablar del tema”, apunta Yajaira Ceciliano, psicóloga e investigadora en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Costa Rica.
“La posibilidad de que en Costa Rica se aprueben las uniones gays y la adopción de menores por parte de estas parejas conlleva todavía mucho debate”, añade.
En México, el matrimonio gay es muy reciente, explica Alavez. “Dos hombres criando hijos es una situación excepcional. Por lo general, se da que un hombre con pareja heterosexual se separe y tenga una nueva vida como gay. Entonces la paternidad puede ser similar a si tuviera una pareja heterosexual, pero incluso este caso es poco común”, señala.
RELACIONARSE, CONOCER Y ACOMPAÑAR
El hombre que se hace cargo de los hijos de su pareja es cada día mejor aceptado en el ámbito familiar latinoamericano, según indican los expertos. La figura del padrastro “está interiorizada en la sociedad”, sostiene Alavez.
“Implica aceptación tácita aunque se inicie con un rechazo. Pero tanto los hijos como las familias aceptan al padrastro siempre y cuando se organice formalmente el relevo, pues en muchas ocasiones el padre original insiste en el regreso”, añade el profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Tradicionalmente se decía que era una figura desapegada, cuyas funciones se limitaban al ámbito de la proveeduría y que su relación era básicamente con la madre. Sin embargo, se observa que, aunque el hombre asuma hijos que no son ‘suyos,’ existe un interés de estos hombres por relacionarse, conocer y acompañar en la crianza de los hijos de sus parejas”, afirma Yajaira Ceciliano.
Además, “actualmente hay mucha información sobre la importancia y necesidad de que los adultos se relacionen con niños y niñas de una forma más cercana”, apunta la investigadora.
El rol del padre también está experimentando cambios en el seno de la familia tradicional.
“Hoy, la paternidad no se considera aceptable por sectores cada vez más crecientes de la sociedad si ella no incorpora, a la par de la función proveedora de material, la creación de lazos afectivos firmes y permanentes que requieren mayor cercanía de los padres con su descendencia, además de la procura de cuidados”, señala el estudio “Masculinidad y factores socioculturales asociados a la paternidad”, elaborado por Manuel Ortega Hegg, Marcelina Castillo Venerio y Rebeca Centeno Orozco
“Pero la realidad muestra que esos lazos afectivos no se aseguran de manera instintiva o automática por todos los hombres y que para un buen número de hombres y de mujeres prima la idea de que basta que el hombre cumpla con el rol de proveedor para ser un buen padre”, indica dicho trabajo, que recoge datos de varios países centroamericanos.
“El cambio de la mentalidad tradicional a la mentalidad moderna sobre la paternidad aparece asociado a haber completado la secundaria. Este es un factor muy importante porque indica que las metas educativas de estos países tendrán que plantearse más allá de la educación primaria si se quieren transformaciones importantes en las maneras de pensar”, sostienen los autores del estudio.
En el caso de Costa Rica y de algunos países centroamericanos, “actualmente los padres expresan un mayor interés por compartir más tiempo de calidad con sus hijos e hijas”, sostiene Ceciliano.
Además, “existe menos censura hacia los padres que expresan su afectividad y deseo de contacto y participación en la crianza de los hijos”, precisa.
En Costa Rica hay “una Ley de Paternidad Responsable que exige, en primer lugar, que el padre se haga responsable de las necesidades materiales de los hijos pero también exige una mayor cercanía y participación en la educación y crianza de los mismos”, informa la investigadora.
En México “es común encontrar en el transporte público a hombres cargando a sus hijos”, explica Gabriel Jacobo Alavez. “El padre puede hacer actividades de manera conjunta con los hijos pequeños sin que esté presente la madre. Eso se observa ahora mucho más que hace treinta años”, apunta.
DIVORCIO Y MIGRACIÓN
No obstante, en caso de divorcio, la situación económica interviene de manera decisiva en la relación que el padre mantendrá con su descendencia, señala Alavez.
Las parejas de clase media pueden llevar a cabo “una separación planeada y razonada que implica que los padres convivan con los hijos aunque las madres estén ausentes”, manifiesta el profesor.
“Entre las familias pobres la situación es más complicada y el patrón se amplia. Hay ocasiones en que los padres divorciados se quedan con los hijos largas temporadas. El resultado no siempre es el óptimo, pues el hombre trabaja y entonces el núcleo ampliado de la familia permite la intervención de tías y abuelas”, matiza.
Sin embargo, “en el ámbito rural, sobre todo en México, la situación es distinta, pues el hombre ausente no es producto del divorcio sino de la migración económica. Esto provoca divorcios de hecho, ya que el padre a veces mantiene el vínculo económico y afectivo, pero en otras ocasiones ni uno ni otro”, asegura.
Una de las motivaciones de los padres emigrantes es “mejorar la situación de su familia”, sostiene Yajaira Ceciliano.
Cuando emigra “todo el núcleo familiar, la relación es mucho más cercana y comprometida”, explica la psicóloga. Por el contrario, si es el padre el único en marcharse, “a pesar de que exista un dolor muy grande por la separación, desafortunadamente la relación se vuelve distante y el rol del padre es meramente de proveedor”, expone la investigadora.
Aunque “es evidente que la proveeduría material nunca va a reemplazar el contacto cotidiano y físico con los hijos”, sostiene.
DESTACADOS:
* “Hoy, la paternidad no se considera aceptable por sectores cada vez más crecientes de la sociedad sino incorpora a la par: la función proveedora y la creación de lazos afectivos firmes y permanentes”, sostienen los autores del estudio “Masculinidad y factores socioculturales asociados a la paternidad”.
* “En el ámbito rural, sobre todo en México, el hombre ausente no es producto del divorcio sino de la migración económica”, explica Gabriel Jacobo Alavez Medina, sociólogo y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México.
* “La posibilidad de que en Costa Rica se aprueben las uniones gays y la adopción de menores por parte de estas parejas conlleva todavía mucho debate”, señala Yajaira Ceciliano, psicóloga e investigadora en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Costa Rica.
“Si bien esta imagen no tiende a desaparecer a corto plazo, también es cierto que en la actualidad se identifican otros esquemas o modelos que tienen posibilidades de consolidarse, aunque sin llegar a ser mayoritarios, como en el caso de parejas homosexuales con hijos de uno de ellos”, indica el mismo informe.
“La posibilidad de que en Costa Rica se aprueben las uniones gays y la adopción de menores por parte de estas parejas conlleva todavía mucho debate”, añade.
En México, el matrimonio gay es muy reciente, explica Alavez. “Dos hombres criando hijos es una situación excepcional. Por lo general, se da que un hombre con pareja heterosexual se separe y tenga una nueva vida como gay. Entonces la paternidad puede ser similar a si tuviera una pareja heterosexual, pero incluso este caso es poco común”, señala.
RELACIONARSE, CONOCER Y ACOMPAÑAR
El hombre que se hace cargo de los hijos de su pareja es cada día mejor aceptado en el ámbito familiar latinoamericano, según indican los expertos. La figura del padrastro “está interiorizada en la sociedad”, sostiene Alavez.
“Implica aceptación tácita aunque se inicie con un rechazo. Pero tanto los hijos como las familias aceptan al padrastro siempre y cuando se organice formalmente el relevo, pues en muchas ocasiones el padre original insiste en el regreso”, añade el profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México.
“Tradicionalmente se decía que era una figura desapegada, cuyas funciones se limitaban al ámbito de la proveeduría y que su relación era básicamente con la madre. Sin embargo, se observa que, aunque el hombre asuma hijos que no son ‘suyos,’ existe un interés de estos hombres por relacionarse, conocer y acompañar en la crianza de los hijos de sus parejas”, afirma Yajaira Ceciliano.
Además, “actualmente hay mucha información sobre la importancia y necesidad de que los adultos se relacionen con niños y niñas de una forma más cercana”, apunta la investigadora.
El rol del padre también está experimentando cambios en el seno de la familia tradicional.
“Hoy, la paternidad no se considera aceptable por sectores cada vez más crecientes de la sociedad si ella no incorpora, a la par de la función proveedora de material, la creación de lazos afectivos firmes y permanentes que requieren mayor cercanía de los padres con su descendencia, además de la procura de cuidados”, señala el estudio “Masculinidad y factores socioculturales asociados a la paternidad”, elaborado por Manuel Ortega Hegg, Marcelina Castillo Venerio y Rebeca Centeno Orozco
“Pero la realidad muestra que esos lazos afectivos no se aseguran de manera instintiva o automática por todos los hombres y que para un buen número de hombres y de mujeres prima la idea de que basta que el hombre cumpla con el rol de proveedor para ser un buen padre”, indica dicho trabajo, que recoge datos de varios países centroamericanos.
“El cambio de la mentalidad tradicional a la mentalidad moderna sobre la paternidad aparece asociado a haber completado la secundaria. Este es un factor muy importante porque indica que las metas educativas de estos países tendrán que plantearse más allá de la educación primaria si se quieren transformaciones importantes en las maneras de pensar”, sostienen los autores del estudio.
En el caso de Costa Rica y de algunos países centroamericanos, “actualmente los padres expresan un mayor interés por compartir más tiempo de calidad con sus hijos e hijas”, sostiene Ceciliano.
Además, “existe menos censura hacia los padres que expresan su afectividad y deseo de contacto y participación en la crianza de los hijos”, precisa.
En Costa Rica hay “una Ley de Paternidad Responsable que exige, en primer lugar, que el padre se haga responsable de las necesidades materiales de los hijos pero también exige una mayor cercanía y participación en la educación y crianza de los mismos”, informa la investigadora.
En México “es común encontrar en el transporte público a hombres cargando a sus hijos”, explica Gabriel Jacobo Alavez. “El padre puede hacer actividades de manera conjunta con los hijos pequeños sin que esté presente la madre. Eso se observa ahora mucho más que hace treinta años”, apunta.
DIVORCIO Y MIGRACIÓN
No obstante, en caso de divorcio, la situación económica interviene de manera decisiva en la relación que el padre mantendrá con su descendencia, señala Alavez.
Las parejas de clase media pueden llevar a cabo “una separación planeada y razonada que implica que los padres convivan con los hijos aunque las madres estén ausentes”, manifiesta el profesor.
“Entre las familias pobres la situación es más complicada y el patrón se amplia. Hay ocasiones en que los padres divorciados se quedan con los hijos largas temporadas. El resultado no siempre es el óptimo, pues el hombre trabaja y entonces el núcleo ampliado de la familia permite la intervención de tías y abuelas”, matiza.
Sin embargo, “en el ámbito rural, sobre todo en México, la situación es distinta, pues el hombre ausente no es producto del divorcio sino de la migración económica. Esto provoca divorcios de hecho, ya que el padre a veces mantiene el vínculo económico y afectivo, pero en otras ocasiones ni uno ni otro”, asegura.
Una de las motivaciones de los padres emigrantes es “mejorar la situación de su familia”, sostiene Yajaira Ceciliano.
Cuando emigra “todo el núcleo familiar, la relación es mucho más cercana y comprometida”, explica la psicóloga. Por el contrario, si es el padre el único en marcharse, “a pesar de que exista un dolor muy grande por la separación, desafortunadamente la relación se vuelve distante y el rol del padre es meramente de proveedor”, expone la investigadora.
Aunque “es evidente que la proveeduría material nunca va a reemplazar el contacto cotidiano y físico con los hijos”, sostiene.
DESTACADOS:
* “Hoy, la paternidad no se considera aceptable por sectores cada vez más crecientes de la sociedad sino incorpora a la par: la función proveedora y la creación de lazos afectivos firmes y permanentes”, sostienen los autores del estudio “Masculinidad y factores socioculturales asociados a la paternidad”.
* “En el ámbito rural, sobre todo en México, el hombre ausente no es producto del divorcio sino de la migración económica”, explica Gabriel Jacobo Alavez Medina, sociólogo y profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México.
* “La posibilidad de que en Costa Rica se aprueben las uniones gays y la adopción de menores por parte de estas parejas conlleva todavía mucho debate”, señala Yajaira Ceciliano, psicóloga e investigadora en la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales de Costa Rica.
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