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domingo, 21 de agosto de 2011

Francisco Serrano, juez: “A una simple discusión de pareja se le llama hoy violencia de género”

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El juez Francisco Serrano, suspendido temporalmente de sus funciones jurisdiccionales por su posición favorable a la custodia compartida, ha vuelto a cuestionar las políticas de género promovidas por este Gobierno e insiste en los casos de maltrato que también sufren los hombres en la relación de pareja.
-Qué conclusiones positivas pueden extraerse de la Ley de la Violencia de Género?
Fue una ley en su momento necesaria para evitar situaciones de desigualdad y maltrato en el ámbito doméstico que estaban ocultas y que no se combatían. El fallo es que siendo una Ley de Violencia de Género es una ley de violencia sobre la mujer exclusivamente. Creo que lo primero que hay que tener claro es el concepto de lo que es el maltrato, ya no sólo de la mujer en el ámbito doméstico, sino sobre cualquier persona vulnerable en ese ámbito que ha de ser protegida, sea hombre, mujer, niño, niña, anciano o anciana, porque esas personas vulnerables no siempre son las mujeres, y no se puede compartir que la mujer en una relación de pareja, por el hecho de serlo, siempre está en una situación de desigualdad”.
-¿Tal vez el problema de la ley es que se emplea como arma en situación de ruptura sentimental?
No se puede defender que a una discusión en la relación de pareja o unas diferencias de opiniones se le pueda llamar violencia. Ni fomentar situaciones donde en un momento de ruptura, una de las partes pueda tener una herramienta para poner en juego lo que es su deseo de venganza, resentimiento y despecho. Y eso es lo que actualmente se está produciendo.
-¿Hay datos fiables sobre el número de denuncias falsas que se registran amparadas en la ley de violencia de género?
Sólo las sentencias de las Audiencias Provinciales, pero no las denuncias que terminan en sobreseimiento o desestimación.
-Dijo usted recientemente que este volumen de denuncias falsas está afectando ya a las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado.
Hace meses tuve un curso para fomentar en esto las nuevas actitudes y conocimientos profesionales en las fuerzas y cuerpos de seguridad del estado. Lo que se hace en más de 75% de los casos de denuncias por violencia de género, dicho por ellos mismos, es la detención. La detención solo se puede proceder cuando la gravedad del hecho y la situación especial de riesgo que acontece obligue a ello, porque si no, lo que procede es identificar al denunciado para citarlo ante el juez, no la detención. Esas actitudes empiezan ahora un poquito a cambiar porque la policía es consciente de que se están cometiendo ilegalidades. Un policía me dijo que en el primer, segundo y tercer caso de denuncia por violencia de género, detuvo. Pero cuando ya van treinta no, porque le toman el pelo porque la denuncia es falsa, que no hay situación de riesgo, que obedece al deseo de venganza y obtención rebeneficios en la ruptura de pareja. Entonces a la denuncia treinta no le echa cuenta, y ese es el peligro”.
-¿Y qué ocurre con los hombres asesinados por sus parejas, a cuyas tragedias habría que unir la vejación del olvido?
En efecto, son los grandes olvidados, totalmente. Hay que lamentar las pérdidas humanas de las mujeres, estas tragedias están ahí. Esa perspectiva de género tiene que ser poliédrica, con esos niños que sufren el distanciamiento de sus padres, esas abuelas que no pueden ver a sus nietos. Esos hombres asesinados que también tienen familia, hombres que también sufren denuncias injustificadas y que se terminan suicidando. Hace poco me contaron que un juzgado un hombre fue a declarar por una denuncia que consideraba totalmente injustificada, cuando salió de la declaración se tiró por el hueco del ascensor”.
-¿Podría ilustrar sus aseveraciones sobre la cuestión con un ejemploque pruebe un trato diferenciado de la violencia doméstica según el género de la víctima?
En un periódico de no hace mucho, produciéndose el mismo día las dos muertes, la de una mujer se publica en portada, y el asesinato de la mujer siempre será lamentable, y en un recuadrito pequeño aparece la noticia de un señor que lo ha matado una señora porque dice que es un maltratador. Son recuadritos esos que estoy recopilando.
-¿Qué consecuencias puede tener el exceso de detenciónes de supuestos maltratadores?
El exceso de detenciones podría provocar situaciones de violencia donde antes había simplemente una disparidad de opiniones o un enfrentamiento de pareja racionalizado. Cuando se pasa por un calabozo de forma injusta, lo que pasa a continuación es incontrolable. Eso lleva a muchísimos suicidios y habría que estudiar si deriva en situaciones de violencia”.
-¿Qué medidas preventivas deberían entonces llevarse a cabo?
La solución pasa por promover la prevención frente a leyes demasiado restrictivas. Si queremos fomentar situaciones de igualdad, hay que promoverlas en el ámbito doméstico, con situaciones de de equilibro, de custodia compartida. Prevención y no tanta prohibición y represión que muchas veces lleva al efecto contrario.
-¿Es una solución la custodia compartida en caso de separación?
Es el modelo de parentalidad preferente y mejor para todos, también habría que introducir modificaciones en el tema del domicilio familiar en caso de separación. Y fomentar políticas de prevención y de auténtica igualdad.
-¿Tuvo alguna razón de ser el Ministerio de Igualdad, actualmente dirección general, o los diferentes Institutos de la Mujer?
El Ministerio de Igualdad no fue de la Igualdad, no desarrolló ninguna política de género, y eso que en España hay muchísimas desigualdades. Lo necesario es proteger el ámbito familiar, que avancemos en política de protección de menores y discapacitados, en las desigualdades entre territorios. En realidad, fue el ministerio de la mujer resentida y la del oportunismo, y eso no es lo que quieren hombres y mujeres en España. Yo creo que el Instituto de la Mujer en su día fue necesario, pero ahora habría que reconvertirlo en un Instituto de la Familia”, opinó.
-Usted ha tenido que pagar un alto precio por sostener estas afirmaciones que no deberían estar vetadas, y menos para un juez de Familia, en un sistema plenamente democrática.
Te censuran, te suspenden, te califican como maltratador por dar opiniones, dicen que soy portavoz de maltratadores, que soy como un terrorista. Esa descalificación, esa persecución, hay gente que no quiere pasar por ahí. Muchos jueces me dan ánimos y palmaditas por la espalda, pero a continuación me dicen que ellos no se atreven a decir lo que yo, aunque lo comparten. Pero no sólo compañeros jueces, sino fiscales, comisarios de policía. Hace poco un comisario me comentó que tenía toda la razón, pero que si él decía eso mismo, se encontraría a los pocos minutos con la destitución sobre la mesa de su despacho. Claramente van a por mí para expulsarme de la carrera judicial.
http://www.alertadigital.com/2011/08/10/el-juez-serrano-sigue-hablando-claro-a-una-simple-diferencia-de-opinion-en-la-pareja-se-le-llama-hoy-violencia-de-genero/

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