La jueza impone una drástica medida cautelar e imputa a los padres y hermanos de Victoria Eugenia como cooperadores necesarios
01.06.11 OLAYA SUÁREZ | GIJÓN
Victoria Eugenia Álvarez, con sus padres, ayer, a la salida del juzgado de PonienteNo pueden poner un pie en el Principado. La jueza de Instrucción número 4, Ana López Pandiella, emitió ayer una resolución con la que se prohíbe a Victoria Eugenia Álvarez, así como a sus padres y sus tres hermanos, intentar acercarse a sus dos hijos, a los que supuestamente mantuvo secuestrados durante dos años en un piso de Ribadeo (Lugo). La magistrada adopta esta drástica medida cautelar «en aras de preservar a los niños de otro intento de secuestro, ya sea por parte de su madre o de cualquier miembro de la familia materna». Los menores, de quince y diez años, permanecen en un centro de acogida de forma temporal, hasta que se decida si son entregados al padre, Vicente Lastra, quien contaba con la custodia total cuando su excónyuge se fugó con ellos.
Los familiares de Victoria Eugenia Álvarez estaban citados a primera hora de ayer para testificar ante la jueza instructora. Se negaron a hacerlo acogiéndose a su derecho a no declarar. Tanto los padres como los tres hermanos (dos mujeres y un hombre) fueron formalmente imputados como cooperantes necesarios del delito de sustracción de menores cometido, supuestamente, por la madre de los niños. A ella se le imputan los delitos de sustracción de menores y desobediencia a la autoridad judicial. La mujer permanece en libertad con cargos con la obligación de firmar semanalmente en el juzgado.
Absuelto de abusos sexuales
La detención se produjo el 3 de mayo. Llevaba en búsqueda y captura desde 2009, cuando a su exmarido le concedieron la custodia de los menores. Ella le había denunciado previamente por abusos sexuales sobre la hija pequeña. Fue absuelto y además, el juez Ángel Campo le concedió la custodia exclusiva. Según se desprende de las investigaciones, los dos niños no estuvieron matriculados en ningún centro educativo durante los dos últimos cursos. Residían en Ribadeo, la localidad en la que además vive casi la totalidad de la familia materna. El arresto llegó tras «intensas pesquisas y gestiones», especialmente complicadas «dado el círculo cerrado en el que se movían los familiares, el secretismo respecto a la desaparición y la ocultación absoluta de los menores».
Agentes del Cuerpo Nacional de Policía de Gijón se desplazaron en numerosas ocasiones a Lugo a intentar aportar luz al caso. Ni rastro. «Los vecinos no se atrevían a hablar por miedo y la familia la tapaban completamente», explicaron fuentes próximas a la investigación. Los niños fueron encontrados en perfecto estado de salud, pero con síntomas claros de no haber salido de casa durante un largo periodo de tiempo. «Estaban muy blancos de piel y con los ojos sensibles a la luz», añadieron las mismas fuentes. El caso está aún lejos de cerrarse.
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