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miércoles, 31 de marzo de 2010

Un debate sobre la ley de violencia de género

ÁNGEL LUIS CAMPO IZQUIERDO


29 de marzo de 2010
JUEZ DE PRIMERA INSTANCIA DE GIJÓN Después de varios días desde la celebración en el salón de actos del Ilustre Colegio de Abogados de Oviedo de la charla sobre la ley de violencia de genero, organizada por AEDEMA en colaboración con el Centro de Estudios de dicho colegio y la Asociación de Abogados Jóvenes, se ha puesto de manifiesto, una vez más, que en esta sociedad nos gusta el morbo y que nos solemos ir hacia las posturas extremas o quedarnos con las cuestiones anecdóticas. Pero, en cambio, se nos escapan entre las manos las cuestiones de fondo e importantes.
Mi intención al participar en esta charla no era atacar o ir contra determinadas posturas u opiniones que existen en relación con la citada ley de violencia de genero, sino más bien poner mi granito de arena a fin de ir abriendo un debate social y profesional en torno al contenido de la misma y su aplicación.
Esta ley, evidentemente progresista, tiene cosas muy buenas, y en sus inicios tuvo el acierto de poner sobre la mesa la existencia de muchos casos de maltrato familiar y la necesidad de actuar con contundencia y rapidez para intentar su erradicación. No obstante, en el camino -llevamos ya más de cinco años desde su entrada en vigor- las intenciones no se han reflejado en los resultados perseguidos.
Nadie niega que existan malos tratos, ni siquiera el juez Serrano, tampoco niega nadie que a las víctimas de esos malos tratos haya que ayudarlas y que a los maltratadores se los debe, en última instancia, castigar con todo el peso de la ley. Pero en todo ese camino hay una serie de fases que parece hemos olvidado o al menos no se les ha dado la importancia que deben tener, como: la rehabilitación, la reinserción, la prevención, la educación.
Si hablamos de una ley progresista, y estamos en un país progresista, en el que se han regulado los matrimonios entre las personas del mismo sexo, ¿por qué no es posible ampliar la protección y beneficios de esta ley de violencia de género a cualquier persona que es víctima de un maltrato, con independencia de que sea hombre o mujer, o que la persona que maltrata sea hombre o mujer?
Creo que ya es hora de abrir un debate serio y a fondo sobre la ley de violencia de género, sin hablar del pasado (pues lo pasado está y no se puede cambiar), sin hacernos reproches (que se pueden hacer en ambas direcciones), con la intención de fijar y reforzar las cosas buenas de esta ley, que las tiene, y qué cosas son mejorables y en qué forma. Debate en el que debemos intervenir todos: hombre y mujeres, afectados/as y profesionales que de una manera u otra estamos relacionados con el tema, y de ideología y opiniones diversas.
En ese debate debemos poner sobre la mesa, entre otros temas: la graduación del maltrato para abrir la puerta en determinados casos a la mediación, qué maltrato debe tener cobijo en esta ley y cuál en el Código Penal, la relación entre pensión de viudedad y pensión compensatoria, la pensión de orfandad en supuestos de muertes por violencia de género, las ordenes de alejamiento e intento de las parejas de rehacer sus vidas, las ayudas laborales, el fondo de garantía de pensiones alimenticias, cuestiones procesales entre juzgados de violencia de genero y juzgados de familia, programas de prevención y de educación de carácter multidisciplinar. En una palabra, todas las actuaciones de prevención, rehabilitación, estudio y educación que fijan los programas «Daphne» de la UE.
http://www.lne.es/opinion/2010/03/29/debate-ley-violencia-generobr/893520.html

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