Autores: Susana Pedrosa, José María Bouza
1ª ed., 256 págs., abril 2008
Editorial: García Alonso
Jueves 25 de marzo de 2010
J. Antonio Fibia Cordero
Desde que me divorcié, en el 2000, mi vida ha sido una pesadilla. Hay personas que solo piensan en hacer daño a los demás. Lo peor es que, para ello, se utiliza a los más débiles, los niños, hasta el extremo de causarles enfermedades psicológicas.
Mi hija sufre el síndrome de alineación parental. El hombre divorciado con hijos se ha convertido en alguien que cada día tiene más obligaciones y menos derechos. Solo faltaba la nueva ley de violencia de género para quedar totalmente indefenso ante la justicia.
Mi exmujer aprovecha esa ley para su propio beneficio. Un padre no puede ejercer como tal si solo ve a su hijo cuatro veces al mes; en el caso de mi hija, hace ya dos años que no la puedo ver. ¿Por qué? Pues porque, desde hace dos años, estoy en paro y no puedo pagar la pensión de manutención.
No es justo. Esta ley está obsoleta, por lo que pido a los jueces y a las autoridades políticas que la revisen y la rehagan para que haya una custodia compartida razonable y coherente con las necesidades de los hijos y con los deberes y obligaciones de los padres.
http://www.elperiodicoextremadura.com/noticias/noticia.asp?pkid=500315
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