Las clases de paternidad varían según los estados y los momentos, hay conferencias, grupos pequeños y un número creciente de clases a través de internet que pueden usarse para cumplir una orden del tribunal que lleve el divorcio.
La meta de la mayoría de estos cursos es ayudar a los padres a entender las emociones que acompañan al divorcio y hacerlos entender que aunque se acaba una pareja continúa su relación adulta como padres de los mismos hijos. Algo sin duda fundamental para afrontar el divorcio o la separación.
La obligatoriedad de los cursos podría ser contraproducente, porque precisamente la pareja no estará por la labor de realizar actividades conjuntas. Aunque hay casos que sí dan resultados positivos. En el caso de divorcios complicados que pasan por pleitos y tribunales estos cursos podrían hacer cambiar la actitud de los padres y priorizar el bien de los hijos.
Para conseguirlo, las clases para padres divorciados se enfocan en los hijos y buscan ayudar a los padres a crear un plan de paternidad, dejando atrás cuestiones como el reparto de bienes económicos.
La clave está en enseñar a los padres cómo continuar su paternidad conjunta después de que su relación de pareja haya terminado, algo que el sentido común debería dictar a toda pareja en dichos casos, pero que por desgracia no siempre sucede así y en ocasiones es un tribunal el que impone estos cursos. Y es que, a pesar del divorcio, sigue habiendo una familia detrás.
Vía Yahoo News
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